De chica imaginaba rimas en blogs y libretas; hoy, a sus 20 años, es una de las nuevas voces que se destaca en la escena de hip hop. Hablamos con la artista argentina sobre su historia, influencias, familia y más.
Bailar en casa y escuchar a su mamá cantar. Ese es su primer recuerdo de la música. “No tengo un momento específico pero sí me viene a la cabeza eso. Era hermoso”, confiesa. Lo que si se acuerda es de una canción que, cual himno, se escuchaba en su casa una y otra vez: “Las simples cosas” de Soledad, que reza ‘uno siempre vuelve a los viejos sitios en que amó la vida’. Y ella vuelve a esos momentos en familia, a esos discos de Thalía, de Jambao o Luis Alberto Spinetta, cada vez que empieza a cantar.
Sofía Gabanna nació en Buenos Aires, Argentina, aunque desde los cuatro años vive en España. Viajó con su familia primero Alicante, y luego se mudó a Barcelona, donde reside hasta hoy. La conexión con su nueva tierra llegó con la danza: se inscribió a ballet y flamenco en un instituto de la zona, donde estudió durante 10 años.
“Yo siempre dije que iba a ser profesora de ballet o coreógrafa. Al final no fui, pero todavía puedo, no lo tengo descartado. Es una gran pasión para mi bailar, y de hecho ahora no estoy bailando y lo extraño mucho… pero estoy segura de que en algún momento de mi vida lo voy a retomar si dudas”, reflexiona.
A los 14, durante un lapso que define como “un bache oscuro de la adolescencia”, dejó la escuela y la danza. Fue en ese momento donde tomó por primera vez lápiz y papel y empezó a escribir sus primeras letras. No es un ejercicio que le sea ajeno: según recuerda, desde chiquita solía canalizar lo que pasaba a su alrededor en palabras, que quedaban plasmadas en libretas o blogs. Pero fue en esa época donde mutaron en canción.
“Escribía sobre la vida, sobre la pobreza, mucha poesía también. Después empecé a ver que existían las instrumentales, música vacía donde vos podías meter letras, y me gustó mucho. Empecé a escribir sobre bases, y tengo un cajón guardado con canciones que nunca salieron a la luz, pero me sirvieron para evolucionar y construir mi lírica”, indica y continúa: “Hoy sé que a la hora de escribir me hago al margen de todo, solo existe el papel y yo, y no me suelo poner muchas limitaciones en nada”.
Años después de esa “mala racha” se inscribió en la escuela de adultos y terminó la secundaria. Finalizado los estudios fue encontrando un espacio en la música, que cada vez se hacía más grande y quiso aprovecharlo. Fue así cuando comenzó su carrera profesional como artista.
La primera canción que publicó fue a sus 17 años bajo el nombre “Fui silencio”: ‘Te estoy bailando lento pa que tú sigas mi movimiento, fuimos veneno en algún momento y yo me alejé justo por eso’, canta en la letra, que abrió camino a una serie de composiciones que, por fuera de un circuito mainstream y superficial, apelan a la libre canalización del ser humano, la libertad y necesidad de expresión.
“La verdad es que me siento una chica súper vulnerable, muy fuerte por momentos, pero es una lucha constante por ser fuerte. Yo siempre digo si no lo sos tenés que jugar a serlo, porque a veces te autoconvences de eso y te ayuda. Escribir lo uso de catarsis, y lo que más me sale es escribir mi lado más triste, que lo tenemos todos, pero por ahí en el día a día yo no lo muestro tanto. Para mí la música es una confidente, no te prohibe nada, podes explayarte de lo que quieras, no tenés que cumplir con nadie, porque siempre va a haber público que le guste, público que no. Yo escribo lo que me ayude a mi a sanar”, confiesa.
Este es el camino que siguió en “No hay rencor”, el tema que publicó en 2019 y su primer video oficial -con más de un millón de reproducciones en Youtube-. En ese verso la cantante invita: 'Mirémonos a los ojos, todos tienen algún pozo, de, dedicame un verso hermoso, que no me haga sentir nada peligroso'. “Todos tenemos dolor, problemas, cada uno los vive a su manera y con diferente intensidad. Es importante que no estemos todo el rato con el móvil, que haya conexión humana”, analiza la artista.
Aunque cuenta que creció escuchando tango, rock o blues, lo que le cambió la vida fue el rap. “Yo tuve un móvil grande, a los 13, en esa época a los 8 ya tenían todos. Empecé a investigar yo por mi cuenta y a descubrir al rap, que era algo que no se escuchaba muy habitualmente en casa, solo algo muy clásico y conocido. Yo pude indagar más y me gustó mucho, formé un vínculo muy personal. Me siento más libre con el rap, es donde mejor siento que puedo explayar todo lo que tengo para dar; lo siento como una casa, como un hogar ya”, revela.
Con influencias como 2pac, Missy Elliott, Cancerbero, Nach, Nas, Violadores del verso, en su música apuesta a reflejar la diversidad que existe dentro del género: “Hay temas muy reivindicativos y políticos, aunque yo hago un poco más introspectivos. Hay mil maneras de usarlo e intento también eso, demostrar que dentro del rap existen mil formas con las que te podes expresar; me gusta que tenga muchas fases, triste, enojada. No sirve encasillarlo en una sola cosa, es muy versátil”, dice.
Sus próximos lanzamientos fueron “Cuéntame”, -donde vuelve a estar presente la danza como en su primer tema- o “Muriendo”, con un video donde todo el fondo está negro y ella canta iluminada en el medio de la escena una simple pero poderosa frase: ‘Sofía Gabanna quiere paz’.
“La tenemos mucho más cerca de lo que creemos, lo que pasa es que a veces nos cegamos un poco, nos puede la impotencia, la bronca; buscamos la paz pero no ayudamos a darnos paz. Lo que quiero con mi música es eso, al igual que yo encuentro la paz escribiendo las letras y cantándolas, creo que la música en sí lo que tiene que conseguir es paz, no intento hacer daño o incitar a problemas, intento compartir de una manera sana y que disfrutemos de ello. Y que se puedan sentir identificados muchas personas y ayudarlas”, aspira.
Este propósito, para ella, está presente desde el cotidiano de su rutina hasta en el mundo del internet: “Todo el odio que hay lo veo totalmente innecesario; poniendo el ejemplo tan simple de un video de Youtube, si algo no te gusta no pasa nada, no lo ves y ya está… No hace falta ni poner comentarios agresivos ni dejar un dislike. No pretendo gustar a todo el mundo, ni que todo el mundo crea lo que yo diga, soy una persona más y escribo mis experiencias, mi parecer de la vida, y lo comparto para quien quiera escuchar”, afirma.
Sofía usa las redes para la música y todo a su alrededor, donde publica contenido para más de 50 mil seguidores en Instagram: “Me encantan los debates sociales, pero soy una persona que prefiero tenerlos mil veces en persona. Todos los días suceden desgracias y suceden atrocidades por el mundo, prefiero no retroalimentar toda esa mala energía e impotencia que me da ver esas cosas porque no puedo hacer nada, no siento que esté ayudando compartiendo. Pero al final te terminan apuntado por el dedo si no compartís porque no estás siendo parte de ese cometido social, y por ahí sos el primero que lo defiende o que está dolido por ello, y por no compartir esa información te juzgan. Yo quiero acostumbrar a mi público que las redes las quiero para música, y si en algún momento hemos de hacer un debate importante lo abriré de alguna otra manera”, opina.
De hecho cuenta que defiende al feminismo como movimiento y marea que crece por todo el mundo: “Me considero feminista, y de la forma más sana posible. Yo busco que se respeten nuestros derechos como mujer y busco una complicidad entre ambos sexos, una equidad entre los dos y luchar por nuestros derechos, intentó predicar un poco en mi vida esta filosofía. Por ahí no asisto a tantas manifestaciones, pero intento día a día si se presentan situaciones donde creo debido defender algo yo misma, hacernos valer y que nos respeten”
Luego siguió con “Pareparqué”, donde expresa: ‘No te metas con mi truba, ésta es una familia de arte’. No es para menos: su mamá es profesora de inglés pero fue actriz, modelo y bailarina. Su papá es psicólogo pero cuando era joven tenía una banda donde tocaba la guitarra. Su hermana practicaba gimnasia rítmica y hoy es una exitosa rapera; de hecho, según destaca, ella fue una de las que le abrió las puertas al mundo del rap.
“Entre nosotras hay mucho apoyo, mucha comunicación. Pero lo laboral lo llevo bastante disociado. Me puse otro nombre para que no se me identifique directamente con ella; muchos ya saben quién es, pero yo no quería que visualmente me identificaran directamente por ella porque intento que se me escuche por mi música. Quiero hacerme mi público”, explica.
Desde que se mudó solo volvió una vez a Argentina, cuando tenía 9 años. Pero en su casa tiene un álbum lleno de fotos, videocasetes y recuerdos que prometen no irse nunca: “Era muy chica cuando fui entonces me acuerdo cuando veo las imágenes. Volver me encantaría, de hecho lo tengo en un futuro próximo, ojalá prontito. Tengo mucha familia allá”, anhela.
En 2020 presentó “Matadero” y “Calma fugaz”, y estuvo a cargo de la dirección de los videos junto a Pictach. En su letra explora la necesidad de buscar tranquilidad para el alma, en una vida que define como “limpia y cruda” en su tema “Twister”. En tiempos de pandemia se instaló como una de las artistas más representativas de la nueva escena del hip hop en España.
“Si yo era ermitaña y casera antes de la cuarentena, me volví más casera, más íntima. Fue duro para todos creo y de alguna manera nos hizo más fuertes, porque lo tuvimos que pasar sí o sí. Tuve muchos momentos para pensar, aunque ya de por sí pienso mucho. En ese tiempo pude solidificar mi proyecto lo que ya tenía, organizarlo y darle forma. Lo intenté transformar en algo bueno porque sino era imposible, y escribí muchas canciones que en algún momento van a salir”, señala.
Sus últimos lanzamientos fueron “Tal vez” y “Bounce”, un rap funky a puro boom bap que “está hecha para sacar todo lo malo”. “El rap nunca será música difunta, sigue vivo, haciendo ruido, ésta es mi purga, suenan los silbatos, no me asustan, yo estoy caminando fast, no me van a poder atrapar”, canta la artista.
“El proceso de composición de ese tema fue increíble. Todo, desde el principio hasta el final. Un fin de semana me entraron unas ganas tremendas de escribir, y no tenía bases, y empecé a buscar por internet. Cuando escuché esta base dije wow, tengo que hacer algo sí o sí. Fue saliendo como solo: me empezó saliendo el estribillo, ‘What's up? Vengo acá para arrasar’, y me iba gustando tanto que la terminé el mismo día. La hice con muchas ganas, con mucha fuerza y salió muy rápido; pero al mismo tiempo me costó, porque quería que sonara como me lo había imaginado”, relata.
La canción representó para ella un nuevo desafío a la hora de componer: “Esta base me invitó a un tipo de lírica más divertida, que no viene mal también. Cuando escuchaba mi repertorio sentía que me faltaba ese ingrediente, y ‘Bounce’ me incitaba muy buena onda y mucha fuerza y a bailar. Me inspiré en las canciones noventeras americanas; yo escuchaba que muchas canciones tenían dos estribillos, y dije ¿por qué no?, y me gustó porque no la hace aburrida. Quedó algo de lo que estoy muy satisfecha y muy contenta, y lo recibieron muy bien, no pensaba que les iba a gustar tanto. Tengo muchas ganas de cantarla en vivo”, comenta.
En 2021 realizó una colaboración con Sibil•la3 para el tema“Ziba”, que ya se encuentra disponible en todas las plataformas digitales. Según adelantó en sus redes, en la segunda semana de mayo se viene el lanzamiento de "I'm sexy"; también aspira a mediados de este año publicar un EP y más adelante su primer disco. “Estoy empezando y no quiero atreverme a sacar un disco todavía, quiero evolucionar y desarrollar un poco más mi música. Tengo muchas canciones para sacar antes que eso”, dice.
Hoy Sofía tiene 20 años, y es dueña de un talento que recién está despegando. “Tenemos un poquito de todo”, dice entre risas al finalizar la entrevista con Filo.News a través de una videollamada, donde luce la misma remera que usó para grabar la canción “Fui tu silencio”.
“Aunque empecé hace muy poquito pero estoy súper bien, súper a gusto con la gente que me acompaña, los que me apoyan, amigos, familia, todos me hacen un aguante tremendo y eso me ayuda un montón”, dice y finaliza: “Voy a estar preparada para todo lo que venga. Con ganas de hacer mil cosas, mil proyectos, creo que va a ser un muy buen año”.