En Costa Rica, su país natal, "macha" significa "mujer rubia", un concepto sexista que ella quiere redefinir y romper. "Así me dicen desde que soy chiquitita, así me decía mi papá", confiesa. Aunque en un principio quería llamarse así, sentía que le faltaba algo de power a ese nombre. "Me gustaba mucho 'Kill Bill', y el personaje principal se llama Beatriz Kiddo que para mi significa fuerza: cuando yo terminaba de ver esa película sentía que sabía karate, que incluso que podía usar el sable".
De ese proceso lúdico nació Macha Kiddo, con un espíritu filoso que recién comenzaba a tomar forma. Cuando llegó a Buenos Aires, hace 11 años atrás, Sofía Madriz -su nombre real cuando baja de los escenarios- se dio cuenta de que la música era lo suyo: a pesar de que estudió diseño de indumentaria y textil en la UBA, después decidió "probar suerte" con la percusión en el conservatorio de Alajuela, donde finalmente encontró su lugar.
"A los 16 empecé a experimentar con los tambores. Cuando empecé a ligar con artistas de acá, me fui quedando. Después me fui encontrando con esta otra propuesta de empezar a cantar, y trabajar con beats, y ahí ya todo se volvió un poquito más fuerte y no me dieron tantas ganas de volver", confiesa.
Es por eso que se juntaba con sus amigas y empezaban a improvisar, a jugar a ver que salía. "Yo siempre me quedaba como decimos allá no sé si se dice aquí también 'mandando fruta', hasta que una de ellas me hizo una base y me dijo que haga algo arriba de eso. Eso me dio una estructura de ver si me salía realmente, y pasó".
En ese camino se alejó de la percusión, no porque le dejara de gustar, sino porque con la voz confiesa que se siente "un poco más libre". Apostó por el género urbano, aunque no se encasilla en ningún género: "No sé si me siento hip hopera, rapera, trapera", asegura. Justamente, la última canción que publicó fue "Cripi", donde se volcó al reggaeton.
"Todavía no sé bien a donde ubicarme. No me siento de ningún estilo, me reinvento constantemente. Yo cuando era chiquitita lo que escuchaba era el reggaeton, que parte de la salsa, y yo voy entrando en esos ritmos latinos que se van deformando, los quiero mucho", expresa.
"Me empecé a rodear de gente que tiene ganas de quebrar, de romper, que ya se cansó, que ya se enojó; entonces eso me ha cambiado a mi, me pone en un lugar de decir 'no estoy sola, somos todas'. Siento que todo el movimiento que se genera es gigante, y que todo el mundo es muy abrazador además, todo el mundo siempre está para abrirte puertas, o para escuchar el proyecto", confiesa la artista.
Ese espíritu combativo lo heredó del feminismo, el movimiento que la interpeló hace algunos años atrás: "Para mí fue una ruptura muy grande la primera marcha muy grande en 2015, que fue multitudinaria. Entender eso a nivel energético, estar ahí en las calles es un montón", confiesa, en relación a la marcha de "Ni Una Menos".
Mientras habla del tema cita a Virginia Despentes con "Teoría King Kong", un libro que marcó un antes y un después en su vida. "Es autobiográfico y bastante fácil de leer. A partir de ahí entendí cómo se naturalizan tantas cosas. Yo ahora voy con un fuerzón, para mi Buenos Aires es una cosa bellísima, que me ha permitido otra educación en el día a día. Ese compañerismo es riquísimo, y lo necesito cada vez más", revela.
Fue con esa impronta como vivió la aprobación de la Ley de Cupo Femenino en los Escenarios: "No es que no existan propuestas, es que no existen espacios, esa es la importancia, entender que ya los escenarios no son de los machos ni de poquitos, sino que somos todas. La ley pone en evidencia que las cosas por las que han luchado un montón de mujeres no fueron en vano", explica.
Para cerrar el año, Macha Kiddo se presentará en la próxima edición del Festival Grl Pwr, que se llevará a cabo el próximo 14 de diciembre en el Konex. "Cuando suceden estas cosas, como juntarme con las chiquillas, o presentarse en el festival, me pone muy contenta", confiesa.
"Estamos muy contentas, sentimos que es un cierre de año muy bonito, es como para celebrar también algo que se formó muy poderoso". Es por eso que tenemos Macha Kiddo para rato, más empoderada que nunca, con un beat más imponente que el sable del mísmísimo Hattori Hanzō, el personaje de la película de Quentin Tarantino: "Es una celebración muy grande que me da muchas ganas de quedarme acá".