El colectivo travesti trans es el más castigado por el machismo dominante. Tanto que tiene una expectativa de vida de 35 años producto de la discriminación social y estatal, las pocas posibilidades de acceder a un trabajo formal y la violencia institucional que reciben en colegios, hospitales y comisarías.
Muchas emigran de sus hogares siendo menores de edad por el rechazo familiar y comienzan una vida destinada, en la mayoría de los casos, por negligencia, desidia y transfobia estatal, a la prostitución.
El cupo laboral trans busca que al menos el 1% de este colectivo pueda acceder a un trabajo en blanco pero, además, existe el pedido de una reparación económica por parte del Estado a cada una de las mujeres que por el abandono institucional pierden, literalmente, la mitad de su vida.
En el 34° Encuentro Plurinacional de Mujeres, travestis, trans, lesbianas, bisexuales, no binaries y disidencias se realizó una nueva marcha en contra de los travesticidios y los transfemicidios, la cual fue multitudinaria. El colectivo travesti y trans exige que el Estado destine políticas públicas que resguarden, cuiden y le salven la vida a estas identidades de forma urgente.