Pussy Riot, el colectivo ruso feminista de punk-rock, aprovechó el cumpleaños del presidente de ese país, Vladimir Putin, para colgar la bandera LGBTIQ+ en diferentes edificios gubernamentales.
La iniciativa tuvo como objetivo reclamar contra las políticas de homoodio del Kremlin. Específicamente, reclaman que se investiguen los asesinatos homofóbicos en Chechenia, que se termine el acoso los activistas, la legalización de las parejas del mismo sexo y que 7 de octubre sea el Día de la Visibilidad del colectivo.
Para eso, decoraron los exteriores del Servicio de Seguridad Federal en Lubyanka, la Corte Suprema, el Ministerio de Cultura, la comisaría del distrito de Basmanny y una oficina de la presidencia.
"El gobierno estaba matando a los homosexuales en Chechenia, aprobando leyes transfóbicas persiguiendo a los padres de los niños nacidos de madres sustitutas”, denunció el grupo en sus redes sociales.
Tras la difusión y viralización en redes sociales de las imágenes, la policía detuvo a diferentes integrantes de la banda sin dar motivos claros. "Sasha Sofeev está detenida ahora: la policía ha irrumpido en su casa, ahora está en la comisaría y se enfrenta a 30 días de arresto", explicaron.
"Otros 4 activistas que participaron en la acción de la bandera del arco iris también fueron detenidos antes, pero los dejaron ir antes del juicio", siguieron.