Hace varias semanas que Sol Ferreyra decidió utilizar sus redes sociales para una gran causa: que sus seguidoras puedan relatar diferentes casos de violencia que hayan vivido, ya sea ligadas la ginecología, al acoso laboral, al aborto, a las religiones, o también en cualquier escenario ya sea la calle, las escuelas, viajes de egresados.
Sin embargo, la última consigna fue la más fuerte: que las mujeres cuenten en primera persona la peor experiencia sexual que hayan sufrido. Como respuesta, recibió un aluvión de testimonios de violación, ya sea intrafamiliar o dentro de la pareja.
La médica y docente decidió compartir cada una de ellas en sus historias de Instagram, donde aconsejaba y escuchaba a las chicas. Según confesó, las principales respuestas estaban relacionadas con parejas o ex parejas.
Sin embargo, en las últimas horas, con más de 100 mil seguidores, y con una consigna que se estaba replicando y creciendo cada vez más, decidieron cerrarle su cuenta .
"Estuve dos días llorando leyendo pibas que habían sido violadas. Te imaginarás que una cuenta cerrada ya no significa un problema vital en mi vida, me lo tomé así. Estoy súper tranquila porque no es grave", confiesa la profesional, en diálogo con Filo.News.
Es que la valentía de las chicas no acaba en la web, y forma parte de un empoderamiento feminista cada vez más grande. Tal es así que, luego de que le cerraran la cuenta, confesó una dura situación que vivió tras problematizar y comunicar los cientos de mensajes sobre abuso recibidos.
"Me escribió una amiga mía de años hablándome de esto. Me pongo a hablar con ella y se me largó a llorar en un audio contándome que fue abusada cuando era chica. Años de amistad, jamás me lo contó. Me lo contó hoy, no se lo contó a mucha gente y me lo contó a partir de esto", reveló.
En tiempos donde todo se maneja por internet, y donde los celulares se volvieron vitales para el día a día, Sol entiende que las redes solo son un escenario, una forma de relacionarse con el otro. Pero que la vida no pasa por ahí. "La cuenta se puede abrir de vuelta, los seguidores van a volver, no me importa demasiado, estoy muy convencida de la causa".
"Entendí que Twitter, Instagram, es un mundo virtual, no es un mundo real. Mi mundo real no cambio desde ayer a hoy, tengo que ir a laburar, vuelvo, mi vida sigue igual que siempre. Ese es el problema de las redes, la gente que piensa que la red es tu vida, y el contenido no esta en la red, está en mi cabecita y eso se puede volver a escribir", señala.
"¿Me encantaría que no hubiera pasado? si, claro. Pero no siento que haya perdido nada. Lejos estoy de estar mal por eso. Lo único que quiero es ver y abrazar a mi amiga", finaliza.
Todas las chicas que alzaron su voz con ella, la vuelven a seguir. Todas aquellas que vieron sus historias nada más, la vuelven a seguir. Porque aunque nos censuren, no nos callamos más.