Desde su lanzamiento en marzo de 2020, uno de los mayores problemas de Call of Duty: Warzone han sido los cheaters, que utilizan software ilegal para obtener ventajas en las partidas y, en el proceso, arruinar la experiencia par el resto de los jugadores.
Desde aim-bots, que apuntan el arma automáticamente sin importar la distancia, hasta wall hacks, que permiten ver al resto de los participantes a través de las paredes y el escenario, la millonaria industria de los hackers le ha hecho la vida a difícil a la comunidad.
Agravó la situación el hecho de que Call of Duty: Warzone, como tantos otros títulos de la actualidad, utilice la tecnología cross-play para permitirle a los jugadores de PC y consolas compartir partida. De esa manera los cheaters, exclusivos de la versión de PC, terminaron afectando a los usuarios de todas las plataformas.
Activision ya baneó más de medio millón de cuentas de Call of Duty, pero nunca pudo deshacerse del problema de fondo, por lo que hace meses anticipó un nuevo sistema de anti-cheat para Warzone que haría su debut junto a Call of Duty: Vanguard.
Y esta semana, anticipando la próxima actualización Pacífico del battle royale, que va a conectar el nuevo juego de la serie principal con el título gratuito, la empresa presentó Ricochet, un sistema que define como “multifacético”, porque incluye "nuevas herramientas del lado del servidor que monitorean los análisis para identificar trampas, procesos de investigación mejorados para eliminar a los tramposos, actualizaciones para fortalecer la seguridad de la cuenta y más".
Ricochet utiliza tecnología que requiere acceso a nivel kernel del sistema, para poder monitorear todos los procesos, desde el registro hasta los drivers de la placa de video, e identificar software ilegal.
El anuncio generó controversia porque otros sistemas similares, como los de Valorant o Doom Eternal, han sido cuestionados por el acceso profundo que tienen en las máquinas de los jugadores. De todas formas Activision promete que el sistema es seguro y respeta la privacidad porque sólo se activa cuando se ejecuta Call of Duty: Warzone, y se apaga cuando se sale del juego.
“Además —dice la empresa—, el driver a nivel kernel sólo monitorea y reporta actividad vinculada a Call of Duty”.
Las herramientas del lado del servidor de Ricochet van a debutar junto a Call of Duty: Vanguard el 5 de noviembre próximo, y luego llegarán a Warzone, con la actualización del Pacífico, junto a los controladores a nivel kernel.
"El compromiso del equipo Ricochet Anti-Cheat es la búsqueda incesante del juego limpio en una lucha contra el sofisticado problema de las trampas", dice el anuncio.
"Estamos dedicados y decididos a hacer evolucionar el sistema Ricochet Anti-Cheat System con el tiempo, luchando por la comunidad contra aquellos que pretenden estropear su experiencia de juego".
Aunque el sistema sólo apunta a los usuarios de PC, la empresa asegura que una vez que sea implementado la mejora en la situación se trasladará a los jugadores de PlayStation y Xbox.
Call of Duty: Vanguard llega a consolas y PC el 5 de noviembre próximo, y hoy mostró las primeras imágenes del nuevo modo Zombies, que enfrentará a escuadrones de cuatro jugadores con hordas de no muertos en mapas con diferentes objetivos.