Según los psicólogos David Ley y Justin Lehmiller, las personas que realizan la práctica llamada "cuckolding"(es decir, que engañan a su pareja con su consentimiento), se sienten liberadas porque pueden ser honestas acerca de sus fantasías sexuales (según ellos mismos, hay personas que fantasean con que su pareja los engaña).
Investigadores afirman que muchos encuentran placer y empoderamiento cuando cumplen la fantasía de poner los cuernos a su pareja. Para afirmar eso, se realizó un estudio con parejas estadounidenses en donde se dio como resultado que el 58% de los hombres y un tercio de las mujeres han fantaseado con engañar a su pareja.
Este controvertido punto de vista es muy criticado porque otros especialistas indican que lo que se busca es simplemente normalizar este tipo de comportamiento. Incluso se requiere analizar la conducta de la pareja que solicita este tipo de actos ya que otras teorías sugieren que hay una bisexualidad masculina reprimida.