En su momento, cuando estaban muy enamorados, tomaron la decisión de tatuarse cada uno la firma del otro, pero claro eso ahora les estaría resultando un problema, aunque bien, supieron solucionarlo fácilmente. ¿Qué hicieron? Se sobretatuaron otra cosa.
Micaela, quien tomó la inicitiva, por su parte se tatuó un gorrión: "Les presento a mi nuevo gorrión. Es trabajador, alegre, compañero y leal. (Los gorriones son los pájaros que mejor se adaptaron a todas las áreas del planeta, incluso las urbanas gracias a saber comer de todo en pequeñas cantidades, no es genial?)", escribió ella en una foto que publicó hace varias semanas atrás con motivo de su cumpleaños.
En tanto Andrés, que tomó la misma decisión que su ex pareja, se tatuó por encima de la firma de Micaela una calavera, a la que le puso color.
Efectivamente, esta fue la prueba contundente de que lejos está su reconciliación. Pero no la única, ya que Micaela reconstruyó su vida amorosa junto al pianista inglés James Rhodes de 42 años.