"Atravesar el galpón era encontrarse con músicos, malabaristas, acróbatas, artistas plásticos y audiovisuales", cuenta la docente, actriz y directora teatral Gabriela Biebel. Desde hace once años funciona el Teatro Mandril (antes Arcoyrá), un espacio cultural ubicado en Humberto Primo 2758, destinado a la práctica y difusión de las diversas artes con espectáculos, muestras, ferias para el público. Un lugar con las puertas abiertas.

"Hace diez años con un grupo de actrices y actores necesitábamos un espacio de entrenamiento y creación. El Teatro Mandril (que entonces todavía se llamaba Arcoyrá y estaba empezando a abrir sus puertas) nos dio un lugar para la investigación. Al poco tiempo la atmósfera creativa efervescente nos pedía más y empezamos armar espectáculos donde se cruzaban todos los lenguajes. Un año después, el espacio redobló la apuesta y con más de veinte artistas fundamos la Compañía de Teatro Mandril. Con actividad ininterrumpida, durante estos años han trabajado en la Compañía más de cincuenta artistas, se conformaron diversos elencos y se realizaron una veintena de producciones propias (sin contar la 'Varieté Mandrila', donde cada mes hay diferentes presentaciones de artistas invitades y residentes, siempre a la gorra)", comenta Biebel. 

Eso es Mandril. Para muchos, un hogar, un espacio de encuentro. Para otros, la posibilidad de que se fomente la cultura independiente en el país con propuestas interesantes promovidas por artistas de toda índole. Un centro autogestivo que promueve diferentes disciplinas: escuelas de arte circence, talleres de todo tipo, una programación muy variada de tango, milonga, ferias, muestras, danzas, teatro, donde "pasa de todo y constantemente se está transformándose". Diverso y creativo que hoy lucha para defender su lugar: el sitio que alquilan está en venta, por lo que necesitan recaudar una suma de 500 mil dólares para comprarlo y que siga funcionando allí.

Por ello desde la Cooperativa del Trabajadores del Teatro Mandril lanzaron "Soberanía Cultural" (de la que ya se sumaron varias figuras públicas como Camila Bordonaba, Guille Aquino, Cande Molfese, Mario Pergolini y Lalo Mir), una campaña que no sólo se focaliza en reunir el dinero para la adquisición del espacio, sino que pretende ser "una herramienta para poder financiar sus proyectos culturales", como lo explica a Filo.News, Alejandro Parente.

Es decir, el 5% de todo lo recaudado se destinará al llamado "Fondo de Soberanía", lo que se pondrá a disposición para subsidiar sus hechos artístico-culturales, mediante una convocatoria a todas las personas, proyectos y colectivos que hayan hecho aportes durante la campaña.

"Queremos que Soberanía Cultural sea una herramienta para empoderar a todo el sector cultural independiente. ¿A qué vamos con esto? A que si bien lanza como primera misión comprar el Teatro Mandril, la idea es que el año que viene quien lleve adelante la plataforma y tenga un objetivo claro con un fin cultural pueda hacerlo. Queríamos crear un instrumento del que todes podamos apropiarnos, sobre todo en un momento en el que el país está tan polarizado -de unos y otros, se se disputan el poder-, nos pareció interesante que Soberanía Cultural venga a caminar por esa grieta, ya que si todo el circuito se sigue vinculando y apoyando entre sí se puede lograr la independencia. Si bien está buenísimo reclamar al Estado su trabajo en la cultura pero también está buenísimo poder manipular de primera mano el sector cultural para poder ser autosuficientes", considera Parente.

Existen múltiples formas y métodos de involucrarse con la causa. "Si bien no integro la Cooperativa de trabajo y no participo de las asambleas, soy parte de un numeroso grupo de personas que trabajamos y habitamos Mandril, que damos y tomamos talleres, que creamos y somos público; que también vemos cómo, en los años más difíciles de la agravada crisis crónica del país, el espacio pudo resistir y crecer, siempre desde la autogestión y el cooperativismo, la inclusión y la diversidad. Siempre ofreciendo la mayoría de las actividades a la gorra, como la forma más justa de que todas las personas puedan ser parte", comenta Biebel. 

"Además soy vecina, y eso me permitió ver cómo, gracias a las propuestas y la vida cultural de Mandril, hace tiempo empezaron a acercarse muchas personas de otros barrios, y el espacio pasó a ser una referencia viva de San Cristóbal", añade. Una casa abierta al barrio, y que trasciende de él. 

Clausura y la iniciativa para no perder el espacio

Alejandro recuerda que hace aproximadamente tres años hubo una época en la que se perseguía y clausuraban varios espacios culturales, hecho del que el Teatro Mandril no quedó exento.

"Si bien nuestro espacio tenía todas las normas correctas, los papeles al día de la coperativa y más, siempre había algo que modificar o que tener nuevo. Fue una época bastante más dura. Recuerdo que una de nuestras clausuras fue porque había gente bailando, y como en ese momento era un teatro y todavía no había mutado a espacio cultural (donde se pueden encontrar muchas disciplinas, por lo que luchamos hace tanto) nos pidieron que dejen de bailar, así como quien pide que no se fume en un ambiente cerrado. Eso sucedió a fines del 2016 y principios de 2017. Fue todo un lío. Otros espacios fueron clausurados por un tema de cantidad de roles, que según ellos no contaban con las personas suficientes que debían estar. Eso luego fue cambiando", menciona Parente.

A fines de abril de 2017, el Teatro Mandril fue clausurado nuevamente por las patrullas de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) que solicitaron una evaluación positiva que da Defensa Civil sobre el plan de evacuación, un papel que la Cooperativa ya había presentado hace ocho años. El equipo de los trabajadores acudió junto con un abogado del Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos (MECA) a la AGC, y la clausura se levantó a los días.

"Tiempo después se normalizaron los controles, y se comenzaron a centrar en lo que verdaderamente es importante: que el espacio esté en condiciones adecuadas, y demás requisitos básicos", comenta Parente. Ahora el Teatro afronta el desafío de conservar el espacio en el que nacieron y permanecieron por más de una década. 

"El dueño vende el espacio, de modo que nos alquiló un último contrato por tres años que se vence en abril de 2020. Nos vemos frente a la obligación de comprar del espacio o irnos. Es por eso que desde la cooperativa lanzamos y creamos 'Soberanía Cultural', esta plataforma, herrmienta y campaña de financiamiento colectivo para recaudar los fondos necesarios para comprar la propiedad", sostiene el trabajador. 

Quedarse en el mismo lugar tiene un costo. "Si bien vale 25 millones de pesos, 100 mil aportes de 250 también se lograrían. Queremos generar ese llamado a la acción para poder concretarlo. Un poquito de cada puede lograr cosas qus serían imposibles", asegura Parente.  

El Estado y el arte independiente: ¿se modificará el paradigma de financiación de la cultura con el nuevo Gobierno?

"En algún punto creo que con el cambio de gestión de Gobierno va a cambiar el paradigma de financiación de la cultura. De base, me parece que es otra la dinámica, la propuesta se va a modificar y considero que además va a haber un impulso", menciona Parente acerca de la elección de Alberto Fernández como presidente de la Nación, quien designará a sus funcionarios para cada área y ministerio.

"Siendo lo nuestro un espacio independiente es todo un tema la relación con el Estado, es muy controversial pero obviamente sobre todo en estos tiempos que necesitamos reforzar desde lo institucional y que se muestre la campaña para salvar el teatro, estamos verdaderamente muy vinculados con el Gobierno de turno. Por supuesto, siempre la idea es sentarse al diálogo para ver de qué manera se puede sin quedar prendidos a ciertas cuestiones que no nos interesan. Abrir el juego para ver qué sucede y cuáles son las propuestas, que hasta el momento fueron muy limitadas", añade.

"El teatro Mandril me representa una escuela de construcción colectiva, por eso este año no dudé en sumarme a la propuesta de Soberanía Cultural: hacer todo lo posible para que la cooperativa pueda comprar su espacio y seguir creciendo como lo hizo hasta ahora. Desde el financiamiento colectivo y el diálogo con diferentes agentes culturales buscamos generar el Fondo de Soberanía Cultural, una línea de subsidios independiente creada por y para la gente, donde se reformule el vínculo de la comunidad con sus bienes culturales. La #misionmandril se plantea como primer objetivo, desde la urgencia de la cooperativa, pero también se va a destinar parte de lo recaudado a otros proyectos artísticos, y sabemos que después vendrán otras misiones de otros espacios o colectivos", suma por su parte, la artista, docente y directora Biebel.

"Estamos teniendo buenas repercusiones porque han pasado miles de personas por el teatro con experiencias positivas, y saben del compromiso con la actividad cultural. Es el momento de hacernos cargo de lo nuestro, dejar los roles pasivos, y aportar desde donde podemos. ¿Si no es ahora cuándo? La sociedad que queremos la hacemos nosotres", cierra.

Para sumarte a la campaña en defensa del Teatro Mandril y que continúe funcionando en su sitio histórico, ingresá en la página de Soberanía Cultural y realizá tu aporte.