Piñón Fijo: "Todos nos ponemos una sonrisa de payaso para convivir y construir"
Uno de los payasos más reconocidos de la Argentina, pasó por Últimos Cartuchos y dejó esta entrañable nota. Mirá.
Piñón Fijo es uno de los artistas más queridos por los chicos, y también por los grandes en el país. Su talento y carisma sobre el escenario como fuera de él lo llevaron a construir una trayectoria cargada de cariño y con la magia de conservar la inocencia de la niñez.
Sus inicios lo llevan a Córdoba. Luego de transitar su infancia-adolescencia durante la última dictadura cívico militar en la Argentina, llegó la democracia y con ella, la explotación de lo artístico. Fue en ese entonces que comenzó a realizar talleres de mimo y a hacer espectáculos como artista callejero.
"Empecé a maquillarme cuando hacía talleres de mimo, en los que interactuaba con los chicos. Ahí me di cuenta que me estaba perdiendo lo que más amaba, que era cantar", contó en una entrañable entrevista con Migue Granados y Martín Garabal en Últimos Cartuchos.
"Entonces armé la mixtura de ponerle la boca grande al payaso. Probé algunas veces con la nariz pero tengo voz de pito, imaginate con la nariz, así que dije no, queda así. He ido puliendo los maquillajes a través del tiempo", añadió.
El mito del payaso triste
Analizando la figura del payaso, ícono de la cultura pop en decenas de historias y películas que lo muestran como una persona angustiada o una figura terrorífica. Piñón reflexionó: "Me acuerdo de un tema de (Juan Carlos) Baglietto sobre Jeremías, de un payaso que lloraba por dentro. Mi hijo se llama Jeremías por esa canción".
Y además recordó el poema de Garrick. Un día un hombre va a ver al rey para buscar a alguien que lo haga reír hasta que le dice que vaya a ver a Garrick, el payaso que generaba carcajadas en todos. Hacia el final de la historia, el hombre revela: "es que yo soy Garrcik".
"Estoy convencido que somos todos payasos en esta sociedad. Los abogados, los periodistas, los mecánicos, todos. Creo que en un punto nos dibujamos la sonrisa porque nos morimos de angustia en el mundo que nos toca vivir y no estoy hablando sólo de pandemia.Instintivamente nos ponemos una sonrisa de payaso para poder convivir y construir desde la alegría", sostuvo.
"Este personaje me permite ser todo lo niño que la estupidez del mundo adulto no te lo permite", expresó, aunque esto no lo aleja de la necesidad de manifestarse en un "universo adulto". No le cantaba sólo al niño, sino también a la abuela y al padre. Ser artista callejero te hace un poco cuestionar el establishment", mencionó, y desde sus redes sociales juega con ironías políticas.
A lo largo de más de treinta minutos, Piñón brindó no sólo una charla amena, sino un mimo para muchos de los que crecieron mirandolo y ahora son jóvenes oyentes del show de Vorterix.