Cada vez que los participantes del Bailando empiezan a tomar conciencia de que su rol dentro del certamen no es tan fuerte, comienzan los roces, las peleas, las discusiones o las ofensas para poder resaltar. Y así fue siempre.
Esta vez fue el turno de Chechu Bonelli, quien la semana pasada había tenido un descontento debido a que varias veces había quedado fuera del día pautado para bailar, y hasta se había hablado de una posible renuncia, aunque la modelo continua en el certamen.
Ayer por la noche bailó folklore y tuvo un fuerte cruce con el jefe de coaches, Hugo Ávila. Según ella la había tratado de mentirosa y le pidió que por favor se lo diga en la cara.
"Me extrañó que me haya tratado de mentirosa. Me gustaría que me lo diga frente a frente. Nariz de Pinocho por ser mentirosa no tengo".
"Las cosas no habían sido como vos decías. Vos ponele el título que quieras", comenzó diciendo Hugo y agregó explicando: "Había hecho un pedido a la producción de empezar una coreografía en el patio. Le dijimos que tenía dos opciones: una para el vivo y otra, para el grabado".
El problema de la modelo gira en torno a que hay ciertos privilegios para otros participantes, se refiere a Lourdes Sánchez, la mujer de El Chato Prada, productor del programa. Recordemos que la bailarina realizó la coreografía de reggaetón en un pasillo de los estudios y no en la pista como todos los demás.
Ante el enojo de Chechu, de que se le haya planteado tener que hacer dos coreografías por las dudas, desistió de hacerla en el patio y aseguró que quiere conformar el SNP (Sindicato para los no privilegiados).