Dicen que menos es más, que lo esencial es liviano y no necesita de fuegos artificiales que llamen su atención, que la simpleza brilla más que el cotillón. Algo por ahí es lo que se vibra desde el minuto uno en "Las Cosas Maravillosas", la obra protagonizada, nos ponemos de pie, por el señor Juan Pedro, más conocido como Peter Lanzani.
Las Cosas Maravillosas es una versión de Every Brilliant Thing, la obra de Duncan Macmillan y Jonny Donahoe que se estrenó en 2014 en el Festival de Edimburgo y que desde entonces tuvo diferentes interpretaciones alrededor del mundo.
En esta versión argenta con guiños por ejemplo a Serú Girán (como para sentirnos en casa), Peter Lanzani es el único encargado de que el público pueda entrar en la intimidad de la conmovedora historia y sumergirse por completo.
Ni siquiera hay distancias físicas. Público y actor, todos en el escenario, creando un momento íntimo, por momentos lúdico y otros emocionantes hasta las lágrimas, pero también donde suenan risas bien fuertes. Lo que hace Lanzani es puro disfrute.
“Una lista de todas las cosas maravillosas que hay en el mundo. Todo aquello por lo que vale la pena vivir”. Así describe el personaje la misión que él mismo se encomendó durante su infancia, con el objetivo de ayudar a su madre a salir de la depresión. Con un gran sentido del humor y una historia sensible pero también dura, "Las Cosas Maravillosas" es una invitación a construir colectivamente una mirada luminosa de la vida, pero también sentida y necesaria para los tiempos que corren.
Sin spoilear, la obra transita por problemáticas delicadas, muchas veces solapadas en los medios o estigmatizadas en la sociedad. Pone en palabras la salud mental a través de la depresión y el suicidio.
Es así que invita a tener una reflexión profunda a medida que avanza, a mirar las distintas realidades de los personajes con ojos de compasión, dejando de lado los prejuicios y juzgamientos.
Con la participación activa del público, quien es parte de principio a fin, como "un personaje más", las emociones van y vienen, pero siempre están presentes.
Bajo la dirección de Dalia Elnecavé, "Las Cosas Maravillosas", que se disfruta en el Multiteatro Comafi, ya está llegando al fin de su primera temporada. Una propuesta sencilla, diferente, y sensible que se diferencia de las luces y carteles histriónicos y resplandecientes de calle Corrientes, dejando ver que el talento habla por sí solo y no necesita mucho más que un escenario, un intérprete que deje el alma en su personaje y un público con el cual compartir y conectar.