La escena los muestra relajados, observando un partido de las inferiores del Barcelona y lejos de las presiones que viven a diario por ser dos de los mejores futbolistas del mundo. Lionel Messi y Luis Suárez están sentados, disfrutando de ver como juegan sus hijos y, sin saberlo, dando una lección de vida.
La foto se hizo viral en las redes sociales gracias al usuario de Twitter @vicentemarcador, que es uno de los tantos padres que va a ver a sus hijos jugar al fútbol y decidió fotografiar a los jugadores y compartir la imagen con una reflexión que dejó una enseñanza.
“Saliendo de ver un partido de Alevines de mi hijo y llego a la siguiente conclusión. Apreciado padre, si ellos no dan indicaciones a sus hijos, tu que no tienes ni puta idea tampoco lo hagas. Tu hijo, como el mío, dudo que lleguen a jugar en tercera, pero yo sí que lo sé. Tu no”, rezaba el mensaje del hombre, que rápidamente comenzó a viralizarse.
En tiempos donde cada vez se juega y disfruta menos en busca de resultados rápidos y a costa de cualquier precio, Marcelo Roffé, el psicólogo deportivo y autor del libro “Mi hijo el campeón”, habló con Filo News y explicó la problemática que muchas veces generan los vínculos entre los padres y los hijos en el deporte.
- ¿Cómo debería ser el comportamiento de los padres para no afectar el rendimiento en la vida deportiva de sus hijos?
- Hay dos tipos de padres: desequilibrados y equilibrados. Los primeros, en general, le meten presión a los chicos de distintas maneras, ya sea con dobles mensajes, con violencia, siendo exitistas, siendo hiperexigentes, sobreprotectores, hipercríticos, etcétera. En cambio, los equilibrados son los que acompañan en las buenas y en las malas. Los padres deberían:
- No elegir el deporte de su hijo/a.
- No presionar con el resultado, es decir, poner más foco en el desempeño que en el resultado.
- No confundir triunfo con éxito ni derrota con fracaso.
- Acercarlos para que sean mejores personas entendiendo el deporte como un puente de educación.
- Entender que el deporte es una escuela de valores como la solidaridad, resiliencia, el trabajo en equipo, la amistad, el Fair Play. Cuanto más deporte hagan, mas lejos van a estar de la tecnología que es el gran mal en nuestros días.
- Hacer otro plan el día de la competencia.
- Si van a la competencia autorizados por sus hijos (previamente consultados), que observen, no griten ni discutan con el árbitro, que no hablen de los rivales ni de los compañeros de equipo.
- No buscar salvarse económicamente y tampoco cumplir su deseo frustrado de no haber logrado ser deportistas.
"Si querés un campeón en tu casa, andá y entrenate. Mientras tanto, dejá que tu hijo/a sea feliz", indica Marcelo Roffé en su libro "Mi hijo el campeón"
- ¿Cuánto puede afectar y qué consecuencias puede traerle al chico un padre que actúe como su entrenador?
- El padre que juega a ser entrenador, es decir, el que se cree entrenador de la banda, está entre el educado y mal educado. El primero espera que el hijo/a termine y cuando vuelven viajando en el auto le habla mal del entrenador. Y al segundo, no le importa nada. Directamente le da indicaciones contrarias al entrenador durante la competencia. Es nefasto. ¿Las consecuencias? Son muy claras: Estrés. Hace a los chicos/as más vulnerables, por lo que pueden lesionarse más, y también pierden el foco en su desempeño y en tratar de disfrutar de un deporte amateur.
- ¿Cómo se puede abstraer a los chicos de las presiones que muchas veces le ponen los padres?
- Lo primero que habría que hacer es trabajar con los padres en una escuela de iniciación deportiva. Pero el principal problema es que los adultos no quieren cambiar. El problema de los niños son los adultos que los enfocamos como adultos en miniatura no respetando su ciclo evolutivo, sus tiempos y pretendiendo que ingresen a la élite. Primero hay que trabajar con los padres para que no sean nocivos y después trabajar con los chicos dependiendo la edad. Además, no es lo mismo el desempeño cuando el padre o la madre los está mirando. Aunque ellos no griten, quizás un gesto sugiriendo ‘cómo te podés equivocar así’ los anula, los bloquea.