El mal presente futbolístico y las estadísticas negativas complicaron la continuidad del entrenador xeneize.
La derrota de Boca ante Estudiantes de La Plata marcó el final de un ciclo que se venía desgastando semana tras semana: Miguel Ángel Russo dejó de ser el técnico del Xeneize. Ahora, el sucesor será Sebastián Battaglia, quien está en la Reserva y dirigió a la Primera en los encuentros ante Banfield y San Lorenzo con varios chicos, mientras el plantel estaba aislado tras volver de Brasil.
Los resultados y el bajo rendimiento del equipo son los motivos que pusieron en jaque la continuidad del entrenador que conquistó la Copa Libertadores 2007, en su primera etapa en el club.
Su llegada a la institución azul y oro en 2020 tras la salida de Gustado Alfaro, le había dado un impulso ganador al grupo arrebatándole el título a River en la última fecha, además de la obtención de la Copa Diego Armando Maradona. Sin embargo, desde la eliminación en semifinales ante Santos de la Copa Libertadores 2020, el equipo se fue desgastando.
El mal presente futbolístico de Boca se vio maquillado por la injusta eliminación de la Copa Libertadores ante Atlético Mineiro, donde a instancias del VAR no le convalidaron dos goles que le hubiesen permitido clasificar a cuartos de final. Además de la eliminación a River por penales de la Copa Argentina.
Pero el difícil arranque en el torneo local -en seis fechas, Boca solo cosechó cuatro puntos- empujaron a una reunión entre el Consejo del Fútbol encabezado por Juan Román Riquelme y Russo, que determinó un cambio de rumbo en el banco xeneize.
A las 8.30 de este martes, en una charla con el vicepresidente del club, Jorge Bermúdez, Raúl Cascini y Marcelo Delgado, Russo le puso fin a su segundo ciclo en el club. Luego, junto a Leandro Somoza y Mariano Herrón, sus colaboradores más cercanos, se despidieron de los jugadores.
El contrato de Miguel terminaba a fin de año, pero el ciclo se agotó antes de tiempo. ¿El saldo de su segunda etapa en el club? Dos títulos, dos eliminaciones a River por penales y la peor racha sin triunfos desde 1957.