Jugaba Independiente de Chivilcoy frente a Juventud de Pergamino, partido de vuelta por los cuartos de final del segundo ascenso de la categoría Federal B cuando debió ser suspendido, a los 45 minutos del segundo tiempo, porque hinchas locales invadieron el campo de juego para atacar brutalmente a la terna arbitral.
El juez, Bruno Amiconi, y los asistentes, Marcelo Acosta y Mauricio Luna, fueron agredidos con piedras y golpes, por lo que debieron ser trasladados al hospital.
Amiconi fue el que peor la pasó, recibió diez puntos de sutura por un corte en la cabeza. Además es la segunda golpiza que recibe en el año, la anterior ocurrió en el partido de Norberto de la Riestra, también por el Federal B.
El equipo local perdía el partido 1 por 0 cuando se desató la furia y el brutal ataque a la terna arbitral.
"Yo me pude defender, pero los otros árbitros la sufrieron más, tuvieron pérdida de conocimiento", dijo el asistente, Marcelo Acosta.
Marcelo Acosta declaró a radio Rivadavia que duda sobre su continuidad en la profesión. "El operativo falló, nos 'regalaron'. Cuando pedimos por la Policía no aparecieron. Fue una zona liberada. La verdad es que me replanteo la profesión", dijo.
La primera división repudia la violencia
Ayer jugaron San Lorenzo y Atlético Tucumán en el Nuevo Gasómetro por el torneo local y ante la gravedad de los disturbios en Pergamino el árbitro del partido Ariel Penel, junto con los líneas Maximiliano Del Yesso y Matías Beares, y el cuarto juez una vez que pitó el silbato hicieron 20 segundos de silencio con la complicidad de los fútbolistas presentes.
La terna arbitral se abrazó y los 22 jugadores se quedaron parados en su posición inicial. Una vez que terminó el tiempo pautado a modo de "protesta" y repudio, se reinició el partido.