El deporte como herramiena de inclusión, y el rugby, en particular, como puente para transmitir valores como el compañerismo y la solidaridad. Ese es el gran objetivo que hay detrás del rugby inclusivo, una iniciativa que busca integrar a las personas con discapacidad física o intelectual a través del juego, para mejorar su calidad de vida.

El rugby inclusivo es una experiencia que tiene muchos años en Europa y gana cada vez más espacio en los clubes de nuestro país. Apto para hombres y mujeres de todas las edades, esta disciplina reúne a personas con distintos tipos de discapacidad y a sus familiares o amigos, para que juntos puedan disfrutar de este deporte y nutrirse de todo lo que lo rodea.

"Estos espacios surgen desde la necesidad de seguir avanzando en un cambio cultural que ponga en práctica la verdadera inclusión, que nos permita tener una sociedad más justa, respetuosa, equitativa y sobre todo de igualdad de oportunidades. Rugby Inclusivo, es solo un medio más de inclusión, donde personas con discapacidad encuentran su lugar de pertenencia, espacios de encuentro, de crecimiento y de recreación sana", cuenta Federico Ambrosetti, el encargado de rugby inclusivo del SIC, en diálogo con Filo.News.

Este año, el rugby inclusivo se multiplicó y ya son más de 30 clubes de todo el país los que ofrecen este espacio de acompañamiento. "El rugby, como cualquier deporte, tiene que ser un medio para divertirse. Durante ese tiempo, buscamos a través del juego desarrollar habilidades y fortalecer la autoestima de las personas, ayudándolos a crear hábitos saludables, contribuyendo a su autonomía y proporcionándoles herramientas para mejorar la calidad de vida de todos los que participan y de sus círculos sociales", explica Ambrosetti.

¿Cómo lo viven los chicos y las chicas que participan y se suman a los clubes? "Se sienten protagonistas en el cumplimiento de sus logros, desarrollando su identidad individual y de equipo, con sentido de pertenencia, pudiendo expresar sus emociones junto a amigos y familiares, dándole un sentido profundamente humanitario a todas las acciones -asegura Ambrosetti-. Es un espacio muy importante para pensar en la independencia de las personas con discapacidad, por que aquí se generan y aprenden hábitos saludables para su crecimiento personal".

Tanta movida desencadenó la creación de la Fundación Argentina de Rugby Inclusivo (FARI) y de la Subcomisión de Rugby Inclusivo de la URBA en abril pasado, cuyo objetivo es desarrollar acciones y políticas que incorporen al juego a todas las personas que tengan algún tipo de discapacidad y que, vinculándolos al rugby, disfruten del deporte y del sentido de pertenencia con el juego y su club.