Batalló y batalló bajo las altas temperaturas de Melbourne y frente al mejor tenista del mundo. Por eso, a pesar de la derrota, Diego Schwartzman se fue ovacionado desde todos los rincones del Rod Laver Arena, el estadio central del Australian Open, y como premio, se llevó elogios de su verdugo, el español Rafael Nadal.
Luego de tres horas y 51 minutos de juego, el Peque, que con personalidad y decisión salió a buscar el partido, cayó por 6-3, 6-7 (4-7), 6-3 y 6-3 y se despidió en los octavos de final del primer Grand Slam de la temporada.
"Es un excelente jugador en todos los aspectos. Hoy sacaba muy bien, lo que no ocurre siempre. Fue una gran batalla. Diego es un gran amigo, empezó bien el año y le deseo lo mejor para lo que viene", declaró sobre el porteño el número uno del mundo cuando finalizó el encuentro.
Con la derrota de Schwartzman, ya no quedan argentinos participando en el torneo. De todas maneras, lejos de reproches, el Peque se irá de Australia con buenas sensaciones y una actuación que nunca olvidará.