Barcelona no ha tenido un gran mercado de pases, aunque ha fichado a tres jugadores en cada lugar de la cancha. Las llegadas de Lenglet (defensor central), Arthur Melo (volante) y Malcom (extremo) fueron gestionadas en el cierre de la temporada y a partir de allí todo se frenó, sin embargo la salida de Paulinho generó polémica.

El brasilero, de buen Mundial, había llegado hace una temporada desde China por 40 millones de euros, y finalizado el certamen en Rusia, decidió volver al Guangzhou Evergrande por 10 millones de euros más, lo que ha generado un hueco importante en la contención del mediocampo. Ahora, parece surgir la solución.

Vinculado con Nápoli (descartado por el presidente), Inter y Barcelona, el destino de Arturo Vidal es lejos de Alemania, pero los últimos dos equipos mencionados se disputan su fichaje y lo que corre por encima del precio de la ficha y el contrato es la decisión del jugador. En esta ocasión, todos los caminos conducen a España.

Si bien no surgió nada oficial, la salida de Paulinho no fue del agrado del entrenador Valverde y el conjunto culé haría un esfuerzo por traerlo, además se especula que su ficha ronda los 20 millones de euros, e incluso el bicampeón de América estaría dispuesto a resignar la mitad del sueldo que le ofrece el nerozzurro con tal de jugar con Messi y compañía.

Los 31 años de Vidal lo hacen un jugador importante para el equipo, al que le puede aportar mucho tiempo en cancha, y que además carece de un jugador con dichas características en el lugar de la cancha, y que ya ha demostrado que se adapta al estilo de juego del blaugrana, ya que fue pedido y dirigido por Guardiola en Bayern Munich.