Por qué Warner decidió matar la "Akira" de Taika Waititi
Con la partida inesperada de Taika Waititi, la adaptación live action de Akira vuelve a caer en el limbo cinematográfico. La verdad, tampoco nos entristece mucho, ¿no?
La experiencia nos dice que las adaptaciones live action y “occidentalizadas” de los manga y animé no terminan muy bien después de pasar por las manos codiciosas de Hollywood. Nos alcanza con darle un vistazo a la fallida “Ghost in the Shell: La Vigilante del Futuro” (Ghost in the Shell, 2017) de Rupert Sanders, o a la aún más bochornosa “Death Note” (2017) a cargo de Adam Wingard. Cuando comenzaron las negociaciones en torno a la reversión de “Akira”, la obra post-apocalíptica de Katsuhiro Otomo, nos empezamos a preocupar.
La idea de transformar este clásico manga y película animada japonesa en una versión bastarda de carne y hueso, viene dando vueltas desde hace ya un largo tiempo y con varios nombres involucrados. Hasta hubo extraños rumores que implicaban a Christopher Nolan, mucho antes de decidirse por “Dunkerque” (Dunkirk, 2017). Lo ciertos es que la remake de “Akira” tuvo dos intentos de despegar bien marcados: por un lado en el año 2012 de la mano del español Jaume Collet-Serra, responsable de cosas como “La Huérfana” (Orphan, 2009) y las futuras “Jungle Cruise” (2020) y “Black Adam”, ambas protagonizadas por Dwayne Johnson.
Entre problemas de presupuesto y mucha falta de convencimiento, Warner Bros. decidió dar marcha atrás y Collet-Serra partió hacia otros proyectos; pero las cosas se volvieron a avivar en 2018 cuando Taika Waititi se acercó para intentar llevar a buen puerto la historia de Kaneda y Tetsuo. El realizador neozelandés venía de romperla con “Thor: Ragnarok” (2017) y regresaba a sus extraños productos independientes con “Jojo Rabbit” (2019). Una vez terminada la producción de esta dramedia bélica, ya estaba listo para poner manos a la obra con la adaptación de Otomo, cuyo estreno estaba pautado para el 21 de mayo de 2021.
Decimos estaba porque, una vez más, la película acaba de caer en el limbo cinematográfico, ese lugar donde van a parar los proyectos que se posponen casi indefinidamente. No sabemos muy bien (todavía) los pormenores de la cancelación definitiva, pero en vísperas de empezar la pre-producción del film, WB se desayunó con la confirmación de “Thor 4” a cargo del mismo Waititi.
Como nadie puede estar en dos lugares al mismo tiempo, era obvio que Taika se alejaba de una empresa que estaba a meses de poner primera, y aunque la productora mantiene las esperanzas de que vuelva al ruedo tras la secuela de Marvel, para muchos esto es un claro indicativo de que las relaciones no estaban tan aceitadas entre ambas partes. Al parecer, Waititi ya estaba a la búsqueda de los jóvenes japoneses protagonistas para ocupar los dos roles principales. El estudio ya había retrasado la producción para darle el tiempo necesario y no apurar las cosas, pero ahora cayó en un stand-by casi decisivo.
¿De qué la va “Akira”? La historia nos transportarnos al Neo-Tokio del año 2019 (ja), una ciudad decadente reconstruida sobre las cenizas de la Tercera Guerra Mundial, donde un gobierno represivo, entre otras cosas, experimenta con un grupo de pequeñines y sus poderes mentales. El joven líder de una pandilla de motoqueros debe esquivar agitadores antigubernamentales, políticos corruptos, científicos irresponsables y militares mala onda para poder salvar a su amigo antes de que este lo destruya todo con su ego y sus habilidades psíquicas.
No vamos a negar que un poquito nos alegramos de este nuevo intento fallido ya que, en el fondo, sabemos que estas adaptaciones no siempre satisfacen nuestras expectativas.