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Cine y series #Plano secuencia

Más allá de 1917: 5 películas filmadas en un solo plano

"1917" no es la única película que parece transcurrir sin ningún corte en su metraje. 

Más allá de 1917: 5 películas filmadas en un solo plano

Un plano secuencia es, básicamente, una toma cinematográfica larguísima sin ningún tipo de corte. La cosa no es sencilla ya que requiere mucha más planificación y coordinación que una escena normal, pero su efecto dramático y narrativo suele hacer que valga la pena tanto esfuerzo colectivo. Previo a la era digital, el límite lo marcaba la duración de un rollo de celuloide (unos 12 minutos). Hoy, los directores pueden filmar toda una historia en tiempo real si así les da la gana, y es ahí donde entra en escena este rejunte que armamos.

Presentar personajes y situaciones, introducirnos a un espacio y, por ende, al universo de un film, darle dinamismo a la historia o acompañar al protagonista en su recorrido son algunos de los “motivos estilísticos” para utilizar este recurso cinematográfico. Muchos realizadores decidieron extender el reto a lo largo de todo el film, aunque lo de “sin cortes” no siempre es tan así. Gracias a la maestría de todos los involucrados este plano secuencia ‘infinito’ se logra trucar de diferentes maneras como la recién estrenada “1917” (2019) o los ejemplos que les presentamos a continuación.   

5. LA CASA MUDA (GUSTAVO HERNÁNDEZ, 2010)

Terror uruguayo, inspirado en hechos reales ocurridos en la década del cuarenta, y la primera película en su género filmada en una sola toma, la cual tuvo su remake norteamericana protagonizada por Elizabeth Olsen. Laura y su papá se asientan en una lejana casona del campo con la intención de refaccionarla antes de que el dueño la ponga a la venta. Todo transcurre de manera normal, pero durante la noche la chica empieza a escuchar ruidos que se intensifican en la planta superior. Antes de darse cuenta, la empiezan a acosar fuerzas sobrenaturales que le impiden abandonar el lugar.     

4. TIMECODE (MIKE FIGGIS, 2000)

Mike Figgis construye un drama romántico dividido en cuatro planos secuencia simultáneos que muestran, básicamente, la misma historia representada a través de cuatro puntos de vista diferentes. La trama es casi secundaria, pero nos muestra a un grupo de personajes en la ciudad de Los Ángeles mientras se preparan para la producción de una película, entre ellos, una amante lesbiana súper enamorada y obsesionada con las peripecias de su pareja, y las tensas situaciones que se dan durante este rodaje hollywoodense.

3. BIRDMAN (O LA INESPERADA VIRTUD DE LA IGNORANCIA) (BIRDMAN: OR THE UNEXPECTED VIRTUE OF IGNORANCE, 2014)

Esta oscarizada historia cargada de drama y humor negro, que se las ingenia para hacernos creer que esta filmada en una sola y larguísima toma, se centra en la vida de Riggan Thomson (Michael Keaton), una estrella de Hollywood que se hizo famoso interpretando al icónico superhéroe del título y, ahora, para despegarse de ese mote, trata de llevar a buen puerto su primera producción en Broadway. A pocos días del estreno el caos reina por doquier, obligando al actor y director a replantearse unas cuantas cosas sobre su vida, su carrera y su futuro, todo esto en medio de una fantasía casi alucinógena.

2. EL ARCA RUSA (RUSSKIY KOVCHEG, ALEKSANDR SOKUROV, 2002)

Todo un reto cinematográfico filmado (ahora sí) en un solo plano secuencia de 90 minutos. Aleksandr Sokurov se despacha con este exuberante relato fantástico que recorre el Museo del Hermitage, antiguamente conocido como Palacio de Invierno, y las figuras que lo habitaron a lo largo de tres centurias. Un fantasma del pasado (el narrador) y un aristócrata francés del siglo XIX recorren los diferentes espacios, encontrando e interactuando con distintos personajes ficticios e históricos de los últimos 200 años, muchas veces, rompiendo la cuarta pared.

1. LA SOGA (ROPE, ALFRED HITCHCOCK, 1948)

Pionero en muchas cosas, el maestro del suspenso también se atrevió a engañarnos con este drama criminal  que esconde muy bien cada uno de sus cortes. Adaptando la obra de teatro homónima de Patrick Hamilton, Hitchcock nos sumerge en la retorcida historia de dos brillantes universitarios (John Dall y Farley Granger) que, alentados por las teorías de su profesor favorito (James Stewart), pretenden demostrar que cometieron el crimen perfecto al estrangular a un compañero de clase. Una de las tantas películas donde Alfred no lo deja en claro, pero nos presenta a dos protagonistas homosexuales.  

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