"Un gran poder conlleva una gran responsabilidad", le dice el Tío Ben a un joven e inexperto Peter Parker que se debate frente a su destino y el temor de lo que debe dejar detrás. Esta, quizá una de las escenas más emblemáticas del cine de superhéroes, nos dejó una de esas frases que invitan a reflexionar sobre la dimensión de nuestras habilidades, y lo más difícil: qué debemos hacer con ello.

Todo héroe tiene un camino. Premisa planteada desde la literatura de mitos y leyendas, retomada por el género fantástico, y llevada a los comics modernos, que crearon a los personajes hoy líderes en la pantalla grande y figuras de acción. Sin embargo,  ¿quiénes son lo que se dice héroes? ¿acaso todos podemos serlo?

Quizá es esa condición humana aquello que vuelve entrañable las historias, que inspira con soñar a chicos y grandes, y que en definitiva nos deja un acontecimiento, momento o relato qué contar.

Este 10 de julio llega a Netflix, "La vieja guardia" ("The old guard"), film dirigido por Gina Prince-Bythewood ("Beyond the Lights", " (Love & Basketball") protagonizado por la ganadora del Oscar, Charlize Theron ("Monster", 2003), e inspirado en el comic homónimo de Greg Rucka y el argentino Leandro Fernández.

Oriundo de Casilda, una localidad de la provincia argentina de Santa Fe, Fernández recuerda sus comienzos como quien repasa, tal vez su propio camino del héroe, que lo condujo desde la soledad de su cuarto siendo un niño que adoraba historietas hasta inspirar uno de los estudios más ambiciosos de contenido audiovisual, hasta convencer a Theron de unirse al proyecto, hasta contar una (su) historia al mundo.

"Obedeció un poco a mi historia personal", asegura. ¿Obra del destino? No lo afirma pero tampoco lo niega. "Soy dibujante de historietas desde siempre y digo desde siempre porque desde chiquito me gusta hacerlo. Empezó de forma natural, como un juego; en el que también tuvo que ver el cine, con el que estuve relacionado desde mis comienzos", cuenta.

"Casilda tiene una particularidad que yo siempre había tomado como natural pero cuando empecé a recorrer otras realidades me di cuenta que no lo era: cuenta con dos salas de cine maravillosas, -según me contaron- una de esas tenía hasta hace unos años la pantalla más grande de Sudamérica", recuerda Fernández con esa fascinación que se vuelve una escena bien cinematográfica, como la del pequeño Totó de "Cinema Paradiso".

"Disfrutaba mucho de ver películas, veíamos dos por función. Y en esa época la única forma de conservar algo -porque todavía no había VHS, ni merchandising- era conseguir las revistas que salían publicadas de manera periódica (editorial Columba, El Tony D Artagnan), que adaptaban sus formatos a los films más tanques del momento. Cuando salías del cine decías: 'Quiero tener algo de esa película'. En mi casa se leían muchas historietas, así que la revista era un lenguaje que yo entendía y eso me estimulaba para sentarme a dibujar. Y justamente, el sentarme a dibujar hacía que yo me pudiera desarrollar la (mi) película, nos da toda la libertad de contar la historia visualmente sin ningún tipo de limitaciones. Entonces creaba mi historia y me mentía diciendo 'de esto va a nacer una película'", menciona.

Del papel a la pantalla o de la pantalla al papel

El cine inspiró a Leandro Fernández pero inevitablemente él también se convirtió en una inspiración que hoy se materializa en forma de estreno en una de las plataformas líderes de contenido streaming. ¿Qué se siente al descubrir ese proceso inverso: ser el generador del material de la película, eso que tanto anhelaba poseer en su infancia?

"Cuando me empecé a profesionalizar y a meterme en la actividad de forma más exhaustiva, y realizar los primeros trabajos, comencé a pensar en la posibilidad: 'qué lindo sería si esto lo llevaran a una película'. pasaba el tiempo y la película no se hacía; y cuando me acostumbré a que no pase llegó. Fue algo que me impresionó mucho, superó todas mis expectativas", asegura.

Fernández tiene 47 años, es diseñador gráfico y fue egresado de la primera camada surgida en Rosario. Con el correr del tiempo comprendió que si quería desarrollarse en la industria de superhéroes y comics, las grandes ligas comerciales estaban cruzando la frontera. Ahorró: un desafío para el cambio del peso argentino; investigó direcciones, y presentó su material en un diversos de escritorios en estudios de Europa y Estados Unidos. 

Así logró publicar para Image, Marvel, Oni Press y DC Comics; trabajó para nombres como Wolverine, The Punisher y Deadpool y obtuvo una nominación al Eisner -lo equivale a un Oscar pero en la industria comiquera- en 2003 por "Queen & Country: Crystal Ball" su primer trabajo con el guionista Greg Rucka junto  a quien se unió para finalmente crear "La vieja guardia" (2017). Este año, presentaron juntos una nueva edición de la historieta: "The Old Guard: Force Miltiplied".

La historia llegó a las manos de Netflix y de la reconocida Charlize Theron que interpreta a una Andromache de Scythia (Andy para los amigos), a ojos de sus realizadores, de una manera muy fiel a su original. "Queríamos que esta fuera una película de acción trepidante, y que se sintiera fresca y original, que no sacrificara el alma y el dramatismo de la historia central. Nos propusimos hacer una película real y dinámica, con personajes y problemas que no hemos visto antes en el género", expresa la protagonista y también productora del film.

Uno de los puntos a favor de la cinta es haber contado con el trabajo de sus realizadores. La mirada de Rucka en el guión y el arte de Fernández, en cuadro por cuadro y sus valores de luces y sombras, componen una obra no solamente entretenida: rescatan la esencia con el plus de las controversias, dilemas y sacrificios de sus personajes.

"La vieja guardia" desarrolla la misión de un escuadrón que posee una particularidad: no pueden morir. Lo que los lleva a ser parte de momentos históricos de la humanidad, peleando por aquello que consideran causas justas. Por efecto del destino o de la vida misma, se unirá al equipo Nile (interpretada con una frescura y talento de Kiki Layne) una joven que descubrirá su potencial.

Completan el elenco protagónico Matthias Schoenaerts (como Booker) y Marwan Kenzari (Joe) Luca Marinelli (como Nicky) componiendo la mística de dos personajes unidos por algo más que amor al punto de generar un mimetismo, y Chiwetel Ejiofor (conocido por "12 años de esclavitud", "El niño que dominó el viento" y "Doctor Strange") como Copley.

"Tuve la suerte de estar en el rodaje, en diferentes estudios y locaciones como el Reino Unido y Marruecos.
Siempre había querido participar en ese proceso", reconoce Fernández. 

"El trabajo de un director está en cierto modo relacionado con el de un dibujante de historietas porque lo que ambos hacemos es contar la historia con imágenes. Al mismo tiempo, son trabajos opuestos porque yo la desarrollo en el papel, sentado y con un lápiz, sin demasiadas cosas y plasmando todo lo que quiero contar pero que cuente más o menos depende solamente de mi intención. En cambio al ver cómo se realiza una película te das cuenta que para hacer una escena se necesitan determinada cantidad de recursos, materiales, actores, profesionales y técnicos trabajando al mismo tiempo; un esfuerzo que involucra tanta gente para también contar una historia con imágenes. Eso me excedió por momentos, me generó una especie de pánico: saber que todo eso se generó para desarrollar una historia que nació en la soledad de nuestros estudios", expresa.

"Y además ver que la obra final respetó tanto la original me hace afirmar con orgullo que la película me parece buena pero no sólo los factores internos como el guión y los personajes, sino también otros como la música (Dustin O'Halloran y Hauschka compositores de la partitura del film; y Lakeshore Records de la banda sonora)", destaca.

La piel que habito

"Además de la habilidad de no morir que tienen los personajes, lo interesante de la historia tiene que ver con el conflicto y la carga emocional que llevan al haber tenido vidas tan largas, que los conduce a pelear por lo que creen causas justas y ver que los problemas en la humanidad se repiten: se vienen dando desde hace siglos y no se resuelven", reflexiona Fernández.

Otra cuestión a destacar -que quizá no debería ser una cuestión destacable porque tendría que ser una regla común- es la diversidad de culturas y autopercepción de los personajes, lo que en tiempos de deconstrucción se vuelve un valor: desde la predominancia de mujeres fuertes, hasta ver a una pareja homosexual -que no predomina en el cine de superhéroes- y hasta una protagonista afroamericana -cuestión que le valió las nominaciones al Oscar a "Black Panther"-.

"Muchas veces pensé qué haría si yo fuera inmortal, son esas cuestiones que quizás si tenemos a mano no nos animamos a ser. Por ejemplo, siempre quise practicar winsuite; experiencias que uno quisiera hacer en la medida que haya garantías", reflexiona Fernández sobre la matriz de su obra y la posibilidad de poseer habilidades sobrehumanas, o hasta mutantes. "Creo que sin ser demasiado original, va por el lado del vuelo", reconoce entre risas.

El estreno, además, tiene la particularidad que se produce en un momento histórico de la humanidad: la pandemia por el estallido del COVID-19, lo que bien nos podría llevar a fantasear con la aparición del escuadrón de inmortales haciendo de las suyas.

"Nuestra intención como creadores de la historia es que el espectador se haga determinadas preguntas y que por supuesto pase un buen momento, el entretenimiento no me parece algo menor. Me preocupa tener respuestas absolutas, sino que me enfoco en hacer las preguntas adecuadas", comenta en este sentido.

"Cumplí un sueño más grande del que me atreví a tener. Espero que la audiencia disfrute y también los lectores con la historieta, y que se hagan las preguntas que les sean oportunas", finaliza.

De Argentina al mundo, Leandro Fernández arriba en el universo de Netflix con "La Vieja Guardia", película inspirada en el comic que ilustró junto al guión de Greg Rucka; lo que promete ser una nueva franquicia del género, entretener y cautivar.