La autora de Harry Potter confirma la sexualidad de Dumbledore y Grindelwald
J.K. Rowling grabó un comentario de “Animales Fantásticos 2” en la que profundiza la naturaleza de la relación entre estos dos hechiceros
El último libro de la saga de Harry Potter se publicó en 2007, pero su autora J.K. Rowling no se resiste a seguir expandiendo su mitología, desde secuelas oficiales como la obra de teatro “Harry Potter y el Legado Maldito” hasta los cuentos y artículos que publica periódicamente en su sitio Pottermore.
Rowling también se ha ganado la furia de los fanáticos haciendo correcciones y aclaraciones en entrevistas, ensayos, y su cuenta de Twitter. Estos comentarios no suelen tener mucho contexto y a veces contradicen directamente lo que está escrito en los libros.
Quizás el más notable de estos comentarios tomó lugar en 2007, en el Carnegie Hall de New York. Después de una breve lectura del recién publicado último libro Rowling respondió preguntas del público. Un adolescente quiso saber si Albus Dumbledore, mentor de Harry, alguna vez se había enamorado, y lo que respondió Rowling fue sorprendente, al menos para cualquiera que haya leído las novelas:
“Mi respuesta sincera es que siempre pensé en Dumbledore como un hombre gay. Dumbledore se enamoró de Gellert Grindelwald, un mago malvado que derrotó hace ya mucho tiempo, y cuando descubrió lo que realmente era su amado, el amor se convirtió en horror.”
La respuesta dejó perplejo a un público mundial, ya que en ningún lugar de los libros se expresa, ni siquiera sutilmente, la sexualidad de Dumbledore. En especial porque las novelas siempre han sido criticadas por su elenco homogéneamente blanco y heterosexual.
Años después se estrenó la obra de teatro que retoma la historia de Harry casi 20 años después, y Rowling personalmente apostó por la diversidad y eligió a la actriz sudafricana Noma Dumezweni para el rol de Hermione, interpretada por Emma Watson en las películas. Sin embargo. Rowling volvió a reescribir la historia, y quizás de forma innecesaria insistió que en los libros Hermione podía imaginarse como descendiente africana. Nadie criticó el cambio, pero sí la implicación de que la autora nunca había imaginado al personaje de una raza específica.
Rowling no volvió a profundizar sobre la sexualidad de Dumbledore y siguió adelante con nuevos proyectos potterianos. En 2016 se estrenó “Animales Fantásticos (y dónde encontrarlos)”, una superproducción ambientada en el mundo mágico 70 años antes de las aventuras de Potter, pero guionada por la misma Rowling. La primera película no tiene contacto con las novelas aunque es casi imprescindible conocerlas para disfrutar sus múltiples referencias.
En cambio, la segunda película de la serie (“Los Crímenes de Grindelwald”) está centrada justamente en la rivalidad entre Dumbledore y el mago oscuro con el que, según las declaraciones de Rowling, compartió una intensa historia de amor y traición. Y por supuesto, nada de eso se percibe en la película.
Dumbledore dice que eran “más que hermanos” en su juventud, y se ve reflejado junto al joven Grindelwald, tomado de la mano en el espejo de Oesed que revela los deseos más profundos. El final, sin embargo, sugiere que en la tercera parte Dumbledore y Grindelwald tendrán un enfrentamiento más directo, y que entrarán en juego estas emociones.
Y a pesar de que la homosexualidad de Dumbledore se mantiene firmemente en el subtexto, Rowling volvió a resaltarla, esta vez en una entrevista incluída en la edición en DVD y Blu-ray de “Animales Fantásticos 2”.
“La relación entre los dos fue increíblemente intensa, apasionada, y una relación de amor. Pero como pasa en cualquier relación, uno nunca sabe realmente lo que siente la otra persona.”
Y por las dudas de que este comentario resulte impreciso o difuso, Rowling no tiembla al decir la palabra clave: sexo.
“Estoy menos interesada en el lado sexual - aunque creo que sí hubo una dimensión sexual en esta relación - que en las emociones que sienten el uno por el otro. Que al fin y al cabo es lo más interesante de todas las relaciones humanas.”
Está claro que nadie espera escenas de sexo en una película apuntada a un público infantil, pero de a poco Rowling se está acercando a expresar algo que ella considera esencial para el personaje. El problema será ver hasta qué punto el estudio se lo permite.