Parece que el final de “Game of Thrones” fue hace años y no apenas unos meses atrás. ¿Será porque HBO logró llenar su más grande ausencia televisiva con otros productos de calidad? Seguramente, y nosotros agradecidos, ya que después de abandonar Westeros tuvimos cosas como “Chernobyl”, “Years & Years”, “Euphoria” y, por supuesto, “Watchmen”, el evento que terminó de borrar cualquier amargo sabor de boca que nos dejó el insatisfactorio desenlace del drama épico-fantástico pergeñado por David Benioff y D.B. Weiss.

Desde su estreno el pasado 20 de octubre, la creación de Damon Lindelof -basada en la magnánima novela gráfica de Alan Moore y Dave Gibbons-, viene juntando todos los elogios, gracias al carisma de su protagonista -Regina King como Angela Abar/Sister Night-, una puesta en escena impecable donde se destaca la banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross, entre otras cosas; y una narrativa que siempre logra caer bien parada, más allá del abuso de algunos de sus recursos.

Semana a semana, el saldo siempre es positivo, y a pesar de que Lindelof y compañía no dejan de abrir interrogantes, tampoco se olvidan de dar las respuestas certeras para mantener el interés del espectador menos avezado (las referencias son infinitas) y una historia que no parece tener grietas. Hacemos la aclaración porque todos sabemos lo que pasó con “Lost” (2204-2010) y los fans desilusionados. Acá, también entran en juego los puristas del cómic, aunque los realizadores hayan aclarado hasta el hartazgo que este es un relato “independiente” que se acomoda en el mismo universo.

“Little Fear of Lightning” -quinto episodio de la temporada- nos introdujo en la vida y el pasado de Wade Tillman/Looking Glass (Tim Blake Nelson), su relación con el 2/11 (día de 1985 cuando un calamar gigante atacó la ciudad de Nueva York), la revelación sobre ESA jornada y las implicancias de Adrian Veidt, así como la traición a su compañera de equipo. “This Extraordinary Being” va un poco más allá y nos mete en la cabeza de Abar tras consumir todas las píldoras de Nostalgia pertenecientes a su abuelo, básicamente, recuerdos en forma de droga que no deben ser consumidos por nadie que no sea su verdadero dueño. Esta forma de deshacerse de la evidencia le va a costar bastante caro a la detective, pero va a terminar de desentrañar los misterios acerca de su pariente y la muerte del jefe Judd Crawford (Don Johnson).

En estado comatoso, Angela recorre las memorias de su abuelo Will Reeves (Louis Gossett Jr. y Jovan Adepo en versión joven), ese pequeño sobreviviente de la masacre de Tulsa en 1921. En 1938, Will se convirtió en el primer oficial de policía afroamericano de la ciudad de Nueva York con todo el ánimo de sumar su cuota justiciera, pero el racismo sigue siendo una moneda corriente de esos días, algo que Reeves no logra conciliar (junto con su irascibilidad). Esta es la historia que atraviesa la chica en su cabeza (y nosotros junto a ella), mientras atestigua una conspiración por parte del KKK y sus compañeros de jefatura, así como su implicancia con los Minutemen, el primer grupo de superhéroes liderados por Nelson Gardner/Captain Metropolis (Jake McDorman).

No vamos a entrar en detalles por aquellos que no están al día, pero “This Extraordinary Being” conjuga todos los elementos audiovisuales en beneficio de la historia (y las revelaciones) que quiere contar, con horror y nostalgia, hilando todas esas pequeñas pistas que Lindelof fue dejando por el camino. El director Stephen Williams (“Lost”, “Westworld”) hace un gran trabajo con el guión de Damon y Cord Jefferson, pero es la fotografía de Gregory Middleton y la edición de Anna Hauger las que convierten a este sexto capítulo en uno de los mejores de la temporada televisiva, elevando a “Watchmen” (un poco más) hacia los primeros puestos de cualquier ranking, no tanto por su impacto, sino por sus temas y como logra presentarlos sacándole el jugo a todas las herramientas de las que puede echar mano.