Empezó tan lejos que ni nos dimos cuenta. Un día de enero de 2020 nos despertamos con la noticia de que Pakistán había invadido y anexado a su país vecino Tayikistán, una pacífica ex-república soviética azotada por la pobreza ¿cómo íbamos a saber que la conquista de ese paisito del que no sabíamos ni el nombre sería el principio del fin?

A pesar de que las Naciones Unidas condenaron las acciones de Pakistán, la victoria inspiró a los habitantes de Madagascar, la cuarta isla más grande del mundo, a vengar alguna vieja rencilla del pasado invadiendo al vecino Mozambique. Pronto Arabia Saudita tomó la posta y, como había soñado Abdulaziz bin Saúd 100 años antes, conquistó Kuwait y sus cuantiosos pozos petroleros. Había nacido un nuevo imperio, y en Latinoamérica, despertaba un gigante.

Mientras las llamas de la guerra consumían África y el Medio Oriente, Mario Abdo Benítez meditaba sobre su legado. El medido y conservador hombre de negocios libanés estaba en medio de su primera presidencia del Paraguay ¿quería ser recordado como un gris estadista o un nuevo Alejandro Magno? La decisión fue simple, y con sangre y fuego marcó su primera conquista en la Batalla de Montevideo, tomando Uruguay en junio de 2021.

El conflicto internacional se intensificó. No había treguas ni alianzas, y en 2023 pasó lo que parecía imposible: las Islas Malvinas declararon su independencia y sin ningún apoyo del gobierno inglés conquistaron la República Argentina ¿cómo pudo un territorio de 3000 habitantes habitado por ganaderos conquistar el octavo país más grande del mundo? Los registros de esta época no son claros, pero la victoria de los isleños fue tan brutal como breve.

Para 2030 el ejército paraguayo ya había anexado Bolivia y la conquista de Argentina en junio de ese mismo año fue sólo un paso a la gloria del imperio de Benítez el Magnífico. En 2053 toda América ardía bajo las botas del dictador y hoy, en 2067, sólo quedan un puñado de facciones luchando por el control del planeta: Lesotho, la Antártida, Siria, Nueva Caledonia y por supuesto, Paraguay.

WorldWarBot2020 es una fantasía tan simple como efectiva. El programador programó un “algoritmo” (una serie de reglas ejecutadas automáticamente) que aplicó a un mapamundi para simular conflictos entre distintos países, eligiendo a un ganador en cada batalla a través de una mezcla de suerte y matemática. Un T.E.G. que se juega solo.

La guerra empezó en enero de 2020 y luego de cada batalla pasa un mes. Cuando un país derrota a otro, lo anexa a su territorio, y las posibilidades de perdurar aumentan en base a la cantidad de países que cada “imperio” va acumulando. La simulación no calcula poderío militar, población, ni extensión de los países, sólo mide fronteras y distancias, por lo tanto la guerra resulta tan poco creíble como para convertirse en una máquina de generar memes disparatados.

El 4 de marzo de este año, el autor del bot empezó a postear cada batalla en una página de Facebook que hoy acumula más de 100.000 seguidores. Hay una conquista por hora, y el mapa se va actualizando en tiempo real hasta que sólo queda un ganador - algo que podría pasar en menos de una semana. El autor se entusiasmó y registró una página donde se puede seguir esta guerra (y las próximas) en tiempo real.

Por alguna razón, la fantasía de WorldWarBot2020 enganchó a los internautas con el fervor de una telenovela, en especial a los que vienen de los países pequeños que resultaron ser los candidatos a triunfar. Paraguay, en especial, está celebrando su posible victoria como si se tratara de una Copa del Mundo.

El creador de WorldWarBot2020 prefiere no revelar su identidad, y todavía no puede creer la reacción del público - aunque sabe que el proyecto está recién empezando y puede mejorar muchísimo.

“Sé que no es perfecto, los colores son horribles y el algoritmo es realmente estúpido, pero esta es una primera versión, básicamente una prueba y estoy anotando sus sugerencias para la próxima.”

El proyecto se ha viralizado a lo largo del mundo y generado memes, noticias, y discusiones en foros que (increíblemente) se toman en serio los resultados de la guerra y hablan con orgullo del poderío militar de Paraguay o Lesotho. Sin embargo, tanta popularidad no ha representado ganancias para su creador. La página de Patreon con la que financia su proyecto tiene solamente 20 donantes que recaudan magros 57 dólares por mes.

Eso puede cambiar. El diseñador promete que cuando esta guerra termine (con el probable triunfo de la Antártida) va a mejorar el sistema y lanzar un nuevo apocalipsis digital. Y la Tierra no es el límite: promete una versión en la que las guerras se librarán en mundos de fantasía, y en la encuesta, por supuesto, está ganando (o perdiendo) Poniente, el continente donde transcurre “Game of Thrones”.