En lugar de dilapidar su fortuna en excentricidades o asumir el típico estilo de vida de celebrity hollywoodense, AshtonKutcherdecidió invertir sus millones en proyectos con futuro y se convirtió en un exitoso empresario. Se volvió famoso en todo el mundo por su trabajo como actor y sus matrimonios de alto perfil, pero su visión y buen timing para los negocios le ganaron un lugar asegurado en la lista de “Rey Midas” de las startups.
El actor atribuye su éxito sostenido a una estricta ética laboral que heredó de su padre. Nacido y criado en Iowa en una familia de clase obrera, desde muy joven Ashton lo acompañó al trabajo. Antes de convertirse en actor, fue conserje, carnicero y operario mientras cursaba la secundaria.Y a pesar de que se inscribió en la universidad (para la carrera de ingeniería bioquímica) nunca siguió sus estudios, porque Hollywood lo estaba esperando.
A los 20 años le llegó su gran oportunidad con el papel de Kelso en “That 70’s Show” y le salió tan bien, que quedó encasillado como el adolescente idiota de la TV norteamericana de principios de milenio. Se había mudado a New York luego de ganar un concurso de modelaje y finalmente se instaló en Los Angeles para seguir su carrera en la actuación. Nunca tuvo ningún tipo de educación formal en negocios, fue aprendiendo base de intuición, ingenio y perseverancia.
En 2003 creó el show de cámaras ocultas Punk’d para MTV, donde también oficiaba de conductor e ideólogo de las bromas pesadas. Al mismo tiempo fundó su propia compañía productora y empezó a interesarse por el ambiente de SiliconValley, en una época en la que todavía no era tomado muy en serio. El caso paradigmático del rapero 50 Cent lo inspiró a meterse en los negocios: el artista adquirió acciones a cambio de su imagen en una compañía menor de bebidas, que fue comprada por Coca-Cola y le reportó 100 millones de dólares.
Después de aprender mucho de experiencias ajenas,Kutcher se asoció con el empresario musical GuyOseary (manager de U2 y Madonna) y juntos realizaron más de setenta inversiones exitosas, incluyendo marcas como Skype, Airbnb, Spotify, Pinterest y Shazam, entre muchas otras apps y emprendimientos que crecieron exponencialmente. Sus casos de éxito son tan reconocidos en el ambiente, que incluso reciben inversiones de otros millonarios para administrar.
Hace 7 años, Ashton y su socio decidieron invertir medio millón de dólares en la app de Uber. Hoy en día ese valor es 100 veces mayor en ganancias. Kutcher asegura que la clave está en ver el negocio como lo que es en lugar de lo que parece: a través de su cuenta de Twitter declaró que no estaba invirtiendo en la industria del taxi, sino en la noción de tener un auto propio. Y según el actor, ahí es donde reside la velocidad y la potencia de la idea.