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Análisis | The Mandalorian endereza el rumbo de Star Wars (SIN SPOILERS)

El universo de Star Wars se expandió un poquito más desde la pantalla chica con una aventura live action que conectó con el público mucho mejor que la saga cinematográfica.  

Análisis | The Mandalorian endereza el rumbo de Star Wars (SIN SPOILERS)

Disney+ -la flamante plataforma de streaming de la compañía del ratón- todavía no llegó a nuestros pagos (ni a la mayoría de los rincones del mundo), pero su primera serie original se convirtió en un fenómeno tardío de 2019, en gran parte, gracias a la piratería (¡ups!) y los eternos memes de ‘Baby Yoda’. Mientras “Star Wars: El Ascenso de Skywalker” (Star Wars: Episode IX - The Rise of Skywalker, 2019) intenta darle un cierre a las nueve películas de la saga, el universo intergaláctico creado por George Lucas se expande un poquito más en la pantalla chica de la mano de su primera serie live action: “The Mandalorian”.

Jon Favreau, director de las dos primeras entregas de Iron Man, además de los hits de Disney “El Libro de la Selva” (The Jungle Book, 2016) y “El Rey León” (The Lion King, 2019), toma las riendas de este western espacial centrado en el mandaloriano del título (‘Mando’, para los amigos), un solitario y habilidoso cazarrecompensas que trabaja para el Gremio, muy apegado al credo de Mandalore. Su rutina cambia completamente cuando decide aceptar un encargo muy particular de manos de un cliente muy conectado con el desmantelado Imperio Galáctico, una comisión que lo lleva hasta un inhóspito planeta donde debe capturar a un objetivo de unos cincuenta años.

Esta es toda la información con la que cuenta Mando, pero para su sorpresa lo que encuentra, tras sortear varios peligros y dificultades, está muy alejado de ser un adulto peligroso. Al final del día, un trabajo es un trabajo, y la ética lo obliga a entregar a su presa y cobrar la jugosa recompensa prometida: 20 barras de acero Beskar que se transformarán en su nueva y brillante armadura. La historia de “The Mandalorian” podría haber terminado acá, o continuar con sus ‘aventuras de caza de la semana’, pero nuestro (anti)héroe no está hecho del mismo metal inquebrantable, y sucumbe ante la ternura de este pequeño activo, un ‘bebé’ de la misma raza de Yoda que también resulta ser sensible a la Fuerza.

Lo que sigue es una odisea hecha y derecha que toma los tropos más clásicos del western y del cine de aventuras, además de mucha inspiración de las obras de AkiraKurosawa -una de las grandes influencias de Lucas a la hora de pergeñar su saga-, donde el Mandaloriano (interpretado por Pedro Pascal) resuelve ir en contra de su propia naturaleza, alejarse del Gremio y la protección de los suyos, para resguardar a este pequeño del que no sabemos absolutamente nada.

La galaxia es un pañuelo

Este relato, ambientado cinco años después de la caída del Imperio -o sea, tras los acontecimientos de “El Regreso del Jedi” (Return of the Jedi, 1983)-, nos pasea por nuevos escenarios y personajes que tienen la tarea explícita de aliarse o antagonizar con el protagonista, pero no puede evitar resguardarse en la nostalgia y en un montón de referencias al universo archi conocido de StarWars, más que nada, para calmar las ansias de esos fans ‘de la vieja escuela’ que necesitan de este reducto amigable para hacerle frente a la antipatía de la última trilogía.

Favreau y sus directores -Deborah Chow, Rick Famuyiwa, Dave Filoni, Bryce Dallas Howard y Taika Waititi- juegan en un terreno bastante conocido y se arriesgan lo necesario para conquistar a todos los públicos, unidos bajo las aventuras de este enigmático mandaloriano que nunca nos muestra su rostro y que, a pesar de su ambigua moral, entiende cuando es el momento de hacer lo necesario. Pero también bajo la ternura irresistible del pequeño verdoso, convertido en gif y objeto de culto desde el estreno de la serie el pasado 12 de noviembre.

Cómo le vas a decir que no a esta carita 

No nos queda tan en claro donde reside el verdadero éxito de “The Mandalorian” y su primera temporada -ocho episodios de capítulos cortos- donde, muchas veces, se pierde un tiempo precioso recorriendo planetas y escenarios reconocidos con el único propósito de alimentar el zeitgeistde nuestro tiempo y a un fandom especifico. Nada de esto le quita méritos a un producto muy bien llevado, un regocijo visual que conecta con lo mejor de este universo, un humor que resulta casi intencional y anecdótico (aunque no lo es), y los misterios que siguen latentes para la próxima entrega.      

Favreau conoce y entiende a su público, así como las reglas del juego que imperan en la cultura pop. Decide no tomar riesgos, pero se rodea de realizadores que saben cómo aportar su visión particular episodio tras episodio. En estos pequeños matices es donde la serie más se destaca, además de un protagonista que se carga el relato al hombro y debe mostrar cierto rango de emociones sin siquiera revelar su cara. Su carisma y la interacción con otros personajes como Cara Dune (Gina Carano), IG-11 (voz de Taika Waititi) y Kuiil (voz de Nick Nolte) son el alma de este western espacial que, tarde o temprano, obliga a estos enajenados a tomar partido, lo quieran o no.

Y si, en definitiva, la aventura de planeta en planeta no es suficiente, los planteos morales no funcionan y los pasados que deben ser revisitados en el camino a la redención se quedan cortos, “The Mandalorian” tiene un ‘Baby Yoda’ bajo la mango para aplacar las aguas y cerrar cualquier grieta.  

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