Amazon Prime Video no quiere quedarse afuera de la avalancha de producciones televisivas originales latinoamericanas, y sale a la cancha (¡je!) con “El Presidente”, un drama chileno basado en hechos reales, más precisamente, en el escandaloso “FIFAGate”, que sacudió a la opinión pública en el año 2015. La serie creada por el argentino Armando Bó -frecuente colaborador de Alejandro G. Iñárritu- y Rodrigo Fluxá, nos mete de lleno en la vida de Sergio Jadue (Andrés Parra), el presidente más joven que tuvo la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional Chileno).
“Not Your Topo” -episodio dirigido por Bó- arranca en el presente de 2014/2015 (antes del estallido del escándalo), tras la muerte de Julio Grondona (Luis Margani), máximo dirigente del fútbol local, quien comandó la AFA (Asociación del Fútbol Argentino) por más de 35 años. ¿Muerto el rey, viva el rey? Eso es lo que nos falta averiguar, mientras la historia nos traslada al pasado de Jadue, cuando solo era el presidente de Unión la Calera, un pequeño equipo chileno que pelea el ascenso a primera división.
Después del triunfo, y con tan solo 31 años, Sergio se convierte en el presidente más joven de un equipo de primera, la oportunidad ideal para dar ese gran paso político que necesita su carrera. Dejando atrás La Calera, decide codearse con los poderosos del futbol, en principio, sin darse cuenta de que quieren convertirlo en su chivo expiatorio. En un abrir y cerrar de ojos, y apenas con un poco de experiencia bajo el brazo, Jadue pasa a ser el nuevo dirigente de la ANFP, y el primer responsable de la renuncia de Marcelo Bielsa a la selección chilena.
Pero Sergio no está solo. A su lado está María Inés Facuse o Nené (Paulina Gaitán), su incondicional esposa y la ambiciosa de la familia, quien siempre está velando por los negocios de su marido, evitando que caiga en cualquier trampa (o desliz). Nené es mucho más que “la mujer detrás del hombre”, es la fuerza motora de una relación que crece a la par de las oportunidades. La arquetípica mujer fuerte dentro de los relatos gansteriles, esos que no se enfocan particularmente en el aspecto criminal, sino en las historias de ascenso y caída.
Esto es, en definitiva, “EL Presidente”, la historia de un don nadie que vio su oportunidad (ese punto de partida del que se habla) y llegó hasta la cima para codearse con los ricos y poderosos del mundo del deporte, al menos, hasta que el castillo de naipes se derrumbó. No tan diferente al Henry Hill (Ray Liotta) de “Buenos Muchachos” (Goodfellas, 1990), solo que acá no vuelan las balas, sino las pelotas y los contratos televisivos. En el camino, a Jadue lo sedujo la corrupción del entorno, un ambiente del que nadie parece poder (ni querer) escapar, atestado de sobornos, fraude, montañas de dinero y esa impunidad tan envidiable.
Como presidente de la ANFP, Sergio tiene pase directo a Luque, ciudad de Paraguay donde funciona la CONMEBOL (Confederación Sudamericana de Fútbol), todo un complejo -con hotel incluido-, y en palabras del mismísimo Grondona (narrador de gran parte de esta historia), una suerte de embajada donde rige la “inmunidad diplomática” y no corre la “deportación”. O sea, lo que pasa en el Bourbon Conmebol Conventions Hotel se queda resguardado en sus habitaciones de lujo, al menos, hasta que Jadue se convierta en el ‘topo’ de las autoridades.
Además de mostrarnos los chanchullos de la FIFA y el ascendente porvenir del protagonista, “El Presidente” nos sumerge en una trama policial donde una persistente agente del FBI (Karla Souza) intenta convencer a Jadue para convertirse en el infiltrado de su investigación de corrupción. La tensa relación entre ambos, los tires y aflojes (amenazas, chantajes), es otra arista de esta historia que va saltando del presente al pasado, juntando las diferentes piezas de ese rompecabezas que terminará explotando en 2015, cuando salieron a la luz todos los trapitos sucios del futbol mundial y, en especial, el latinoamericano.
Bó, director de estos dos primeros episodios -sumemos “Rosarito”-, y sus coguionistas (Mariana Levy, Malena Vain, Javier Rozenwasser, Martín Méndez, Luis Barrales y Fluxá) logran hilvanar una historia dinámica y atrapante, más allá de que nos interesen, o no, temas como el deporte o sus escándalos de corrupción. Estas son las ficcionalizadas vicisitudes de Jadue y su entorno que, justamente, viene a ser el del fútbol, pero conjuga una trama de misterio que nos mantiene enganchados hasta llegar a esa resolución que ya conocemos debido a las tapas de los diarios. Acá lo importante es el cómo, el desarrollo de este personaje que se mueve en un mundo de poder íntegramente masculino, aunque la serie les da su lugar destacado a varios personajes femeninos.
El dinamismo de “El Presidente” (a pesar de sus episodios de una hora de duración) se complementa con una edición verborrágica cargada de datos, detalles e imágenes de archivo, al mejor estilo Adam McKay, que completan esos baches de información necesarios para entender el panorama general y el negocio del fútbol: ese convierte a los jugadores en “pozos de petróleo a explotar” y al hinca en un cliente fiel.
El drama de Amazon no puede escapar a ciertos lugares comunes de este tipo de historias (y algunos acentos de dudosa procedencia), pero se convierte en una gran opción televisiva para los amantes del balompié y de los relatos de ascenso y caída protagonizados por personajes carismáticos como el Sergio Jadue de Parra, quien también supo ser el Pablo Escobar de “El Patrón del Mal” (2012). No valen las comparaciones.