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Cine y series #Apple#Amazing stories

Análisis | Amazing Stories recupera el espíritu fantástico de los ochenta

La plataforma de la manzanita sigue sumando propuestas a su grilla y esta vez nos propone el revival de este clásico televisivo (y fantástico) de la década del ochenta. 

Análisis | Amazing Stories recupera el espíritu fantástico de los ochenta

Puede que hayamos abandonado hace rato la nueva “Era de Oro” de la TV, sobre todo ante esta ola reciente de falta de ideas originales y el advenimientos de una infinidad de adaptaciones, revivals y remakes que toman inspiración de una época pasada, al parecer, mucho mejor y más nostálgica. Solo hace falta echarle un ojo a los últimos estrenos televisivos (muchos de los cuales fueron reseñados en estas páginas) para entender por dónde viene la mano de este “rescate emotivo” que toma nota, mayoritariamente, de las décadas del ochenta y noventa.   

Si hablamos de fantasía ochentosa para toda la familia, no hay nombre más representativo que el de Steven Spielberg, sus clásicos y su mirada aniñada. En pleno éxito cinematográfico con “Indiana Jones” o “E.T., el Extraterrestre” (E.T. the Extra-Terrestrial, 1982), el consagrado director y productor nos regaló “Cuentos Asombrosos” (Amazing Stories, 1985-1987), serie antológica de NBC que se extendió por dos temporadas y que, al mejor estilo de “La Dimensión Desconocida” (The Twilight Zone, 1959-1964), nos presentaba pequeñas historias ATP en el marco de lo fantástico y la ciencia ficción, la comedia más oscurita y un poco de terror en dosis de media hora.

Sus escuetos 45 episodios le dieron oportunidad de brillar tras las cámaras a gente como el mismísimo Spielberg, Joe Dante, Clint Eastwood, Burt Reynolds, Danny DeVito, Martin Scorsese, Robert Zemeckis y Brad Bird, entre tantos otros, además de ser el germen de aventuras como “Milagro en la Calle 8” (*batteries not included, 1987). La norma indica que el público se renueva, y 35 años después Apple TV+ (con la producción ejecutiva de Steven, obvio) nos trae este revival con nuevas historias asombrosas.

Adam Horowitz y Edward Kitsis, creadores de “Once Upon a Time” (2011-2018), son los responsables de revivir este clásico para los tiempos (y las plataformas) que corren, sumando un poquito de esa fantasía que se extinguió tras el final de su propia serie. Esta primera temporada de cinco capítulos de casi una hora arranca con “The Cellar”, dirigido por Chris Long (“The Americans”), todo un veterano de la pantalla chica, y escrito por Jessica Sharzer (“American Horror Story”). La historia nos lleva hasta una granja de Iowa, donde los hermanos Sam (Dylan O'Brien) y Jake Taylor (Micah Stock) tienen la tarea de restaurar la antiquísima casa.

Blanca y radiante (pero triste) va la novia

Durante el proceso de reconstrucción, el joven Sam -soltero y despreocupado, pero en constante búsqueda de compañía- descubre una pequeña caja con recuerdos y la antigua fotografía de una novia no tan feliz. Durante una tormenta, la presión atmosférica cae a limites impensados y estando en el sótano de la casona, el carpintero es transportado al año 1919 donde conoce a Evelyn Porter (Victoria Pedretti), la futura desposada del retrato.

Incapaz de entender lo sucedido, ni encontrar la manera de volver al presente, a Sam no le queda otra que congeniar con su nueva compañera y las costumbres de principios del siglo XX, tan diferentes a las de la actualidad. Pronto descubre que Evelyn no está tan ansiosa por sentar cabeza y casarse con un hombre al que no quiere, en cambio, busca perseguir sus sueños de convertirse en cantante, algo que su madre (Sasha Alexander) desaprueba. Entre choques culturales (o temporales) nace el amor entre estos dos tortolitos y Sam se empecina en buscar la forma de volver a 2019, llevándose a Evelyn para que pueda ser “ella misma”.

Brindando por los viejos (y nuevos) tiempos, literal 

Este es el hilo central de un primer episodio correcto que cumple con las expectativas y, al igual que al protagonista, nos transporta a una época más simple, alejados de la tecnología y las redes sociales (que, admitamos, lo pueden complicar todo), pero con una visión moderna. Acá hay una moraleja para ambos personajes principales, que recorren caminos similares para encontrar su verdadero lugar en el mundo sin egoísmos de por medio. Long y Sharzer aprovechan este contexto para despacharse con un relato “old school” que no necesita de grandes puestas en escena y efectos especiales para lograr su cometido. Puede que se extrañe el formato original de media hora que nos da esa sensación de “cuentito para antes de ir a dormir”, pero los realizadores aprovechan el tiempo de más para desarrollar más en profundidad a sus personajes y sus interacciones.

Se nota que “Amazing Stories” no es una apuesta gigante desde los costos de producción y tampoco se la juega con grandes nombres en la silla del director/a como su predecesora, pero este primer vistazo resulta satisfactorio para los amantes del género fantástico (y los románticos) que necesitan de su cuota televisiva, dejando la expectativa flotando en el aire por las entregas que se avecinan, protagonizadas por nombres como Edward Burns, Josh Holloway y el fallecido Robert Forster, en su último papel ante las cámaras.

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