Como se esperaba, la primera reunión anual del foro de los países miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU) tuvo como principal punto de debate el acuerdo nuclear de las potencias mundiales, y a un Donald Trump fastidioso con las naciones "enemigas".
En primer lugar, el presidente de Estados Unidos determinó que el reconocido acuerdo de Teherán es "una vergüenza" para su país, y tras considerar de corrupto a dicho gobierno, amenazó con finalizar el tratado de regulación nuclear firmado entre su país, Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania.
Luego fue el turno de dirigir todos sus cañones contra el régimen de Corea del Norte y su líder Kim Jong Un. En primer lugar advirtió de manera enfática que si persisten las amenazas nucleares de Pyongyang, "no tendremos otra opción que destruir totalmente" al país.
"El Hombre Cohete está en una misión suicida para sí mismo y para su régimen", remarcó el magnate republicano, acerca del político norcoreano. Además destacó que esta actividad balística "amenaza al mundo entero" y pidió el apoyo de los aliados para aislar a dicha nación.
Cerrando sobre esta problemática que mantiene en vilo al mundo sobre un posible conflicto bélico, Estados Unidos agradeció el apoyo de Rusia y China en la votación de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, pero remarcó que falta más trabajo.
Otro de los puntos que tocó Donald Trump fue la actualidad sociopolítica de Venezuela y la polémica gestión de Nicolás Maduro. "El pueblo venezolano está hambriento y su país está colapsando", aseguró y remarcó que ayudarlos "a ganar su libertad, recuperar el país y restaurar su democracia".
"Estamos listos para adoptar acciones futuras si el gobierno de Venezuela persiste en su camino para imponer un régimen autoritario contra el pueblo venezolano", finalizó su discurso el líder republicano sobre el país sudamericano.