El Banco Central (BCRA) publicó este miércoles un informe titulado “Inconsistencias y tasas excesivas en fintechs de préstamos”. La entidad realizó un relevamiento durante la primera semana de junio sobre una base de consultas a sitios web y aplicaciones móviles. Las principales conclusiones del estudio apuntan a que el 77% de estas plataformas cobran a sus clientes un Costo Financiero Total (CFT) superior al 150% anual; mientras que un 51% de las empresas presentan CFTs por encima del 400%.

En primer lugar, ¿Qué es una fintech?  La palabra hace referencia a financial technology (en castellano, tecnología financiera). Se trata de empresas que aplican nuevas tecnologías a actividades financieras o de inversión. En concreto, son las apps que muchos de nosotros usamos cotidianamente para realizar compras como Mercado Pago o Ualá. 

Pero no sólo ofrecen los servicios de billeteras virtuales, sino que también otorgan préstamos. Por ejemplo: Mercado Pago posee su división Mercado Crédito dedicada exclusivamente a ofrecer préstamos a sus clientes. El informe del Banco Central hace referencia a este segmento, y se centra en los costos que pagan aquellos clientes que accedan a estos créditos. 

Acá es donde entra en juego el concepto del Costo Financiero Total. Aquellos que hayan tenido experiencias financiándose por ejemplo con su Tarjeta de Crédito, estarán familiarizados con el término. Pero la mayoría de las personas no lo están. En general, las entidades que nos ofrecen préstamos nos suelen informar la tasa de interés a la cual vamos a tener que devolverlo. Cuanto más plazo, mayor tasa. Lo que muchas veces no nos informan, o aparece en letra diminuta en alguna esquina olvidada de la publicidad, es el CFT. Se trata del costo real de un crédito, ya que incorpora a la tasa de interés todos los gastos y cargos asociados a la operación. Es lo que terminamos pagando efectivamente. 

La operación

Volvamos ahora a las conclusiones del informe elaborado por el Banco Central. El hecho de que más de la mitad de las fintech cobren a sus clientes un CFT superior al 400% anual debería llamarnos la atención. Pero la situación se agrava: la forma que utilizan estas apps para comunicar y publicitar sus créditos apunta justamente a ocultar estos costos. Incluso, sobre un total de 46 fintechs de préstamos con plataformas activas, el BCRA encontró que 11 de ellas no publican ningún tipo de información sobre el costo de su servicio. 

Las 35 restantes que sí informan sus costos, lo hacen de forma engañosa. “En algunos casos, se informan tasas de interés nominales anuales y/o mensuales, en otros los CFT se informan en términos nominales en lugar de efectivos”, advierte el informe. Incluso, “en muchos de los casos, se encuentran mal informados los CFT (dado que no coincidían con el CFT del ejemplo o simulador de cuotas) o bien se informa el valor de las cuotas, pero no el del CFT”, concluye el Banco Central.

Como vemos, estas empresas buscan confundir a sus clientes deliberadamente, dado que es muy difícil que una persona acepte costos tan elevados para financiarse. Pero esta afirmación es relativa. En un contexto de crisis económica agravada con la pandemia del coronavirus, cada vez son más las familias que se endeudan para hacer frente a sus gastos corrientes. Esta es una consecuencia lógica de haber perdido total o parcialmente sus ingresos. 

De esta forma, las fintech capitalizan la desesperación de las personas. Como consecuencia de la magnitud de la informalidad en nuestra economía, más de un 50% de la población económicamente activa no se encuentra bancarizada. Ahí es cuando aparecen estas empresas, quienes ofrecen financiación instantánea a través de algunos simples pasos en una aplicación del celular. ¿Por qué es tan sencillo acceder a estas herramientas? porque las fintech se encuentran ampliamente desreguladas, operan en vacíos legales bajo el paraguas de la “inclusión financiera”.  

Incluso, algunas de estas empresas (Smart Cash, Punto Click, Patagonia Cred, Efectivo Urgente) fueron denunciadas penalmente a comienzos de mayo por estafa, usura crediticia y violación de datos personales en bases de datos públicas o privadas. De hecho, los mayores damnificados son jubilados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH).

Respuesta

Finalmente, el argumento que utilizan los empresarios del sector para justificar el cobro de costos exorbitantes resulta llamativo. Según sus estadísticas, 1 de cada 3 personas no paga el crédito. ¿No es posible que esto ocurra porque las tasas son sencillamente impagables? El hecho de que un tercio de quienes solicitan el servicio no puedan cancelarlo evidencia la desesperación económica de sus clientes. La defensa de las fintech podría ser sospechada por autoincriminatoria.

Al parecer, leer la letra chica puede no ser suficiente. ¿Es posible hablar de “inclusión financiera” en estos términos? Por ello, se debería profundizar la regulación de un sector que aprovecha el vacío y se expande rápidamente en nuestro país.