En realidad no se llama Paulina: a sus 43 años, tiene más de 880 mil seguidores en Instagram, como también más de un millón de suscriptores en Youtube, pero prefiere mantener su verdadero nombre en secreto.

"Es súper inocente. Lo hice porque cuando yo empecé estaba haciendo un doctorado, y cuando vos mandas para una beca, lo primero que hace es quien lo recibe es googlear tu nombre, entonces yo no quería aparecer haciendo pelotudeces en Youtube", cuenta entre risas, en diálogo con Julio Leiva para Caja Negra. 

Por esa razón, hizo un anagrama de su nombre, Paulina G. Roca: "Era joda y quedó", afirma. Lo cierto es que no se arrepiente de esa decisión: "Cuando empecé a ser popular dije 'qué pena', pero después me copó".

Con un doctorado en sociología, decidió irse a estudiar a España y a realizar diferentes investigaciones. Sin embargo, cuando llegó se enamoró del lugar y decidió quedarse. ¿Por qué?

"Quería hacer una experiencia en otro lugar, tengo familia que quiero mucho en Barcelona, sabía que en algún momento me iba a ir y me fui", señala. Sin embargo, no fue nada fácil: "El primer tiempo fue terrible, nadie sabe lo que es migrar hasta que no migra. Pero yo siento una pertenencia con el lugar más grande que con Buenos Aires".

Fue en esa ciudad donde conoció a su pareja, quien también estaba en el país para hacer un doctorado pero de psicología. Luego de un tiempo, decidió que era momento de volver a la Argentina: "No me imaginaba vieja siendo migrante", confiesa. 

Su pasión por la cocina comenzó de chiquita: desde que veía a su abuela haciendo el "rulo" con el fideo de la olla. De eso, revela que se llevó el amor; sin embargo, no se identifica como cocinera. 

"Me identifico con hacer contenido, no como cocinera, no tengo ambiciones más que darle de comer a mis amigos. La verdad es que la cocina me vuela la peluca, es lo que más me gusta en la vida. Mi presión son seis amigos tomando vino", asegura. 

En una entrevista para La Nación, Luis Alberto Spinetta decía: "Hay que hacer pan y hay que hacer canciones". Esa frase no solo la marcó, sino que se sintió identificada. "Él cuenta que la cocina lo saca de lo cotidiano, es como que le limpia la cabeza para después poder hacer su arte. Es hermoso lo que dice sobre la cocina, me sentí muy identificada, lo posteé y todo el mundo me decía 'es lo que yo siento pero no podía expresarlo'".

Para plasmar su pasión por la cocina en los canales de Youtube, en principio comenzó a investigar cómo funcionaba las diferentes redes sociales, e incluso a conocer mucho más sobre Google. 

"Me puse a mirar 'Hola soy Germán' (de Germán Garmendia) del primero hasta el último video, seguí con El Rubius, y nos alí nunca más. Miro de todo, pero ya no miro por laburo, consumo eso, entré", asegura. 

Una de las secciones más aclamadas de su canal es "La mesa de Paulina", donde invita a diferentes influencers como Pablo Agustín, Luli Gonzalez, Caro Trippar, Ale Bacile y más. Sin embargo, hay algunas figuras que no llamaría: "A Yao Cabrera no lo invitaría nunca a la mesa, y a un montón de gente que ha hecho cosas en Youtube pero que tuvo historias raras".

En sus redes sociales, como muchos, aprovecha para emitir opiniones personales. Así lo dejó en claro cuando twitteó acerca de la publicidad de Jimena Barón: "¿Vieron cuando con tus hermanos te podés re putear pero después si alguien de afuera los critica te salta la térmica? Bueno: para mí a las feministas se las critica en mesa chica, entre feministas".

Sobre ese aspecto, confesó: "A las ocho de la mañana no se hablaba de abolicionismo, solo se decía que Jimena era una pelotuda. No es así, no es que voy a estar de acuerdo con ella, pero no voy a salir a eso, me siento con mis amigas y lo discutimos, pero salir ahí a decir eso con saña, no me parece, sigo pensando eso. Me dijeron mafiosa, nazi, no sabes las cosas que me dijeron. Es re claro lo que dije, hay una discusión que es para adentro. Hay una discusión súper interesante que es entre feministas, no entre mujeres, entre feministas".

En lo que respecta a su vida diaria, la youtuber confiesa que le gusta tener las actividades en orden: explicó que tiene diferentes planillas de Excel para las vacaciones, para los cumpleaños de sus hijos, y más. 

Sin embargo, hay muchas cosas que no puede tener bajo control, como la parálisis de sueño: "Es horrible. Hay gente que lo toma muy para el lado sobrenatural... yo soy medio escéptica. Me pasó mucho tiempo, ahora hace mucho que no pasa, le pasa a mi hijo".

Ese esceptisismo responde a que no tiene ninguna creencia, aunque le gustaría: "Yo soy atea, y los ateos creo que no somos por decisión, porque no podemos ser otra cosa. A mi me encantaría no ser atea, pero no puedo, soy atea de corazón". 

Lo cierto es que, según explica, todavía es "muy chiquita" la cocina a nivel nacional, aunque internacional es "enorme". Sin embargo, todavía queda mucho camino por recorrer, y el aporte de Paulina es clave para este crecimiento, tanto a nivel culinario como personal. 

Cada semana se publicarán nuevos episodios de Caja Negra, en el cual diferentes figuras se someterán a las preguntas del periodista Julio Leiva. Y vos, ¿te animás a recordar qué momento hizo un click en tu vida?