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Actualidad #Incendio en notre dame

Notre Dame: todo lo que destruyó el fuego y el "tesoro" que quedó a salvo

Las autoridades del gobierno francés comenzaron a evaluar los daños tras asegurar la estructura del templo gótico. Hubo obras y piezas rescatadas. Algunas serán reparadas en el Museo del Louvre.

Notre Dame: todo lo que destruyó el fuego y el "tesoro" que quedó a salvo

Dos tercios de los techos de la Catedral de Notre Dame se quemaron durante el incendio que causó estupor en París y entristeció a millones de personas que visitaron ese templo histórico ubicado a orillas del Sena. 

Los expertos en patrimonio habían advertido hace un tiempo sobre el mal estado del edificio que se comenzó a construir en 1163 y cuya obra culminó en 1345. Por ello emprendieron un ambicioso plan de restauración que ayer quedó trunco con el incendio.

Habrá que esperar todavía unas 48 horas de trabajo para garantizar el ingreso de los restauradores y funcionarios que trabajarán en la reconstrucción de la catedral, tal como prometió el presidente francés, Emmanuel Macron.

¿Qué es lo que pudieron salvar?

El obispo Patrick Chauvet, rector de la catedral, confirmó que lograron salvar varios de los objetos religiosos más importantes que albergaba Notre Dame: la Corona de Espinas y la Túnica de San Luis. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, tuiteó una foto con obras que han podido ser salvadas del incendio gracias a una "cadena humana" de policías y bomberos.

La Corona de Espinas

También parecen haberse salvado las estatuas del altar mayor que representan un grupo tallado de "El descendimiento", un relieve del "Entierro" y estatuas de Luis XIII y Luis XIV arrodillados.

  • La Corona, conservada hasta la Revolución Francesa en la Sainte-Chapelle, edificio construido expresamente para albergarla, reposa en Notre Dame desde 1806.

A finales del siglo XIX, ese valioso relicario, el más venerado por los católicos, que le otorgan veracidad en el relato del martirio, fue colocado dentro de un tubo circular de oro y cristal, en el que permanece hasta hoy.

Otros relicarios de gran valor, como el fragmento de la Cruz del Calvario y uno de los clavos que sirvieron para fijar a Cristo a la cruz, también escaparon a las llamas.

Ese "tesoro" fue trasladado al Ayuntamiento de París y otras obras al Museo del Louvre.

También quedaron a salvo los llamados Beffrois, las dos torres principales del edificio que albergan las campanas.

Igual suerte corrieron las 16 estatuas de cobre que fueron colocadas bajo la aguja en 1860, durante la ampliación de Notre Dame en el siglo XIX. Esas efigies, que representan a los doce apóstoles y a los cuatro evangelistas, habían sido desmontadas por las autoridades francesas el 11 de abril por las obras de restauración que se habían iniciado.

El altar también estaría a salvo, según una fotografía difundida en las redes sociales por el sacerdote Pierre-Hervé Grosjean, de la diócesis de Versalles. 

Qué fue lo que se destruyó

La aguja de Viollet-le-Duc, que se alzaba a 93 metros del suelo, y el campanario situado en la parte posterior de la nave desaparecieron a poco de que comenzaran las llamas, igual que el armazón del siglo XIII, conocido como El bosque por la cantidad masiva de roble que se usó para construirlo.

Uno de los órganos de Notre Dame, obra de Aristide Cavaillé-Coll, también estaría dañado. "Es demasiado pronto para hacer un diagnóstico total y un inventario del desastre, pero el órgano parece estar perjudicado", indicó el ministro de Cultura, Franck Riester.

El gigantesco instrumento musical, construido entre los siglos XV y XVIII, cuenta con un total de 8.000 tubos y una caja adornada con autómatas, y había sido restaurado en 2014.

El órgano de Aristide Cavaillé-Coll

El fuego no alcanzó los grandes cuadros de los siglos XVI y XVII, conocidos como Mays, que colgaban de las paredes de la nave, el coro y las capillas. Pero todos ellos sí quedaron dañados por el agua, admitió Riester, que anunció una restauración inmediata. Sus grandes dimensiones impidieron que fueran descolgados a tiempo.

Esas escenas religiosas, que recuerdan la vida de los apóstoles, fueron obsequio del gremio de orfebres parisinos entre 1630 y 1707. Originalmente fueron 66, de los cuáles 13 seguían expuestos al público hasta este lunes.

Les Grand Mays

Entre sus autores figuran pintores de renombre en la época, como Charles Le Brun y Jacques Blanchard.

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