A dos semanas del martes 15, donde se establecieron nuevas restricciones sobre el mercado oficial de cambios, este jueves fueron anunciadas una serie de medidas destinadas a tranquilizar el dólar. El ministro Guzmán estableció la baja de retenciones para las exportaciones del agro y otros sectores industriales, entre otras decisiones destinadas a fomentar el ingreso de divisas. Mientras el refuerzo del cepo cambiario apuntó a cortar la salida de dólares de las reservas del Banco Central (BCRA), los anuncios del jueves buscan fortalecerlas.
En la conferencia de prensa, el funcionario adelantó que el BCRA realizará una “actualización de los lineamientos de Política Monetaria”. Sin embargo, no dio detalles al respecto. La entidad dirigida por Miguel Pesce, quien no formó parte de los anuncios, emitió un comunicado adoptando una serie de medidas frente a que “se ha generado en el mercado de divisas un comportamiento de expectativas que es necesario atender en lo inmediato”. En particular, dos de ellas repercuten directamente en el valor del dólar: la suba de las tasas de interés y la modificación del ritmo de devaluación diario.
La tasa de interés
El Banco Central elevó la tasa de pases pasivos al 24%, lo cual implica un incremento de 5 puntos respecto al nivel vigente. Esta tasa es la que se otorga a los bancos comerciales que inmovilizan sus pesos por un día en las arcas del BCRA. La suba será replicada por las Letras de Liquidez (LELIQ), que son giradas a los bancos comerciales por hacer la misma operación pero estacionando su dinero por 28 días. La tasa que pagan estos papeles es la que sirve de referencia para el conjunto de la economía. En consecuencia, el aumento se replicará hacia el resto de las tasas que pagan los instrumentos financieros nominados en pesos.
“La decisión busca incentivar el atractivo de los instrumentos financieros en moneda local de corto plazo, en vistas de desalentar comportamientos que podrían afectar el mercado de cambios en un contexto de tensiones estacionales que se registran en la actualidad”, señala el comunicado de la entidad.
Esta suba de retornos en pesos busca básicamente desalentar la compra de dólares, atrayendo a las personas a las alternativas de inversión en pesos, con un mayor rendimiento. Ya sea en plazo fijo, bonos o los nuevos instrumentos anunciados por el ministro de Economía. Se trata de una medida largamente esperada: si no existen atractivos para ahorrar en moneda local, la gente tiende a comprar billetes verdes.
Pero, más allá de los u$s 200 mensuales que pueden llegar a “arrebatarle” de las reservas a Pesce los pequeños ahorristas, el Banco Central arrastra un problema monetario más profundo, que presiona sobre la cotización del dólar. La emisión de dinero creció exponencialmente con la llegada de la pandemia. Esta inyección de pesos estaba destinada a financiar el déficit del Gobierno nacional, dado que se encontró frente a un derrumbe en su recaudación y un aumento del gasto público. Una de las consecuencias de esto fue el crecimiento del stock de LELIQ, hoy superior a $1,8 billón, mediante el cual se absorben los pesos “que sobran”.
Frente a este escenario, el BCRA le puso un tope a la cantidad de Letras que podían tener en su cartera las entidades bancarias. En el comunicado de este jueves, la autoridad monetaria refuerza este concepto: “Simultáneamente, la política monetaria administrará el stock de Letras de Liquidez (LELIQ) en vista de minimizar el impacto de la decisión sobre el costo de esterilización”.
Sin embargo, esta política presiona al mercado cambiario de forma indirecta. El techo a las LELIQ genera que los pesos sobrantes viajen por otras vías, llevando a una reducción de las tasas en los mercados de dinero. De esta forma, la tasa interbancaria (préstamos entre bancos a cortísimo plazo) se ubicó en los 12 puntos, lo cual replica en las cauciones, instrumentos a los que acceden las grandes empresas para financiarse. Estos mercados que se encuentran fuera del alcance del común de los mortales mueven mucho dinero.
¿Cómo presiona este berenjenal de tasas al mercado cambiario? Una de las principales vías fue atacada por el Banco Central hace dos semanas, con su célebre reforzamiento del cepo. Al obligar a que las empresas reestructuren sus pasivos en dólares, se cortó un círculo vicioso que dinamitó las reservas internacionales. Menos de 30 empresas tomaban créditos a las tasas irrisorias mencionadas anteriormente para cancelar anticipadamente sus deudas en dólares. Con los pesos recibidos en cauciones, pedían las divisas en el BCRA y cancelaban sus pasivos dolarizados. Mientras tanto, la inflación licúa el pasivo en pesos resultante de la operación.
Transacciones similares se realizan cotidianamente en los mercados financieros, donde se especula con los fondos obtenidos a bajísimo costo. Lo mismo aplica a muchos importadores, que acceden al endeudamiento en pesos para adelantar sus compras al exterior. Este escenario, sumado a que las bajas tasas hacen caer los retornos de los activos en pesos, resulta en un incremento constante de la brecha cambiaria y, en consecuencia, de las presiones devaluatorias.
La devaluación
Pese a que el comunicado del Banco Central advierte que “el nivel del tipo de cambio se encuentra en un nivel competitivo”, toma la determinación de “abandonar el mecanismo de devaluación uniforme, otorgando mayor volatilidad y manteniendo el nivel competitivo del tipo de cambio real multilateral”.
¿Qué significa esto? La autoridad monetaria dejará de realizar sus “microdevaluaciones” diarias. Hasta ahora, a través de su intervención en el mercado mayorista, la entidad convalida pequeñas subas del dólar en la misma magnitud todos los días. A partir de hoy, “el ritmo de depreciación diario se adecuará en forma gradual a las necesidades de coyuntura”. Es decir, el BCRA podrá intervenir con aumentos mayores en la cotización del dólar si lo cree necesario.
De hecho, este viernes Pesce ordenó convalidar una suba de 70 centavos en la cotización de la divisa en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC). En concreto, aunque el Gobierno advierta que su intención no es devaluar y asegure que el tipo de cambio se encuentra en niveles competitivos, avanza hacia una aceleración de la devaluación.
El gabinete económico intenta recuperar la iniciativa perdida y descomprimir el mercado de cambios. Pero el Banco Central deberá actuar con precisión. Una excesiva suba de tasas puede atentar contra la recuperación de la actividad económica. En el mismo sentido, acelerar la depreciación del peso puede acelerar el ritmo inflacionario.