Tras su implicancia en la red de corrupción que operó en Petrobras, el ex presidente brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva, fue condenado por el tribunal de primera instancia el miércoles 12 de julio a nueve años y medio de prisión.
La sentencia fue dictada por el juez Sergio Moro, quien se encargó de las investigaciones que se realizaron en el seno de la petrolera estatal y encontró a Lula culpable de los delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero ya que supuestamente recibió 3.7 millones de reales en sobornos a raíz de contratos suscritos entre la constructora OAS y Petrobras.
Foto: EFE
Esta sería la primera condena que recibe el ex mandatario, aunque aún responde en otras cinco causas penales abiertas por la Justicia, la mayoría de ellas relacionas a la misma empresa.
Según informó EFE, el pago de las coimas se habría materializado en la reserva y reforma de un apartamento tríplex en el balneario de Guarujá, en el litoral del estado de Sao Paulo. A su vez, allí habría recibido "regalos" durante su gestión.
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El inmueble aparece en los registros como propiedad de la constructora OAS, una de las implicadas en el escándalo de Petrobras, pero según la acusación el verdadero dueño sería Lula, quien lo habría recibido en concepto de soborno, es decir, a cambio de "favores" hechos desde el poder a esa constructora.
A pesar de las condenas, el ex mandatario todavía puede aspirar a ser candidato para las elecciones generales de 2018 pero si la sentencia fuera ratificada en segunda instancia se vería perjudicado su futuro como político.
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Lula aparece actualmente como el líder más valorado en las encuestas y aunque aún no ha lo ha hecho oficial, ha manifestado en repetidas ocasiones su deseo de volver a competir en unos comicios.