Se llama Mauro Román Monzón, aunque en la escena se lo conoce como Lit Killah. Tiene más de tres millones de seguidores en Instagram y es uno de los exponentes del rap y trap en nuestro país.

"Si no existiera la cultura rap o hip hop, me matas, porque desde que tengo memoria hago graffitti, iba a clases de baile, lo único que me faltó es DJ. Estaría andando en skate o bailando cumbia con los pibes", confiesa el artista, en diálogo con Julio Leiva para una nueva edición de Caja Negra. 

Oriundo de González Catán, solía mirar videos de freestyle en internet. “De donde vengo había cero rap, conocí el freestyle por videos de Youtube, por andar boludeando y me apareció un video, no sé cómo, era uno de un chico que se equivoca y me cagué de la risa y seguí viendo más, me llamó la atención", recuerda el artista.

"Yo ya escuchaba rap, pero no sabía de la existencia de las batallas de freestyle y me volvió loco, me puse fan al toque. Estuve como dos años a full viendo 20 batallas por día más o menos”, continúa.

Así empezó a frecuentar las plazas del barrio. Según cuenta, eran competencias underground donde iban 30 personas máximo, que le sirvió para adentrarse en la movida y lidiar con los nervios. 

"Siempre fui muy tímido, parece que no, pero a la hora de rapear todos somos tímidos porque en cualquier momento te puede salir cualquier desbocada o cualquier cosa y te querés matar. Me fui haciendo amigos y les dije que me acompañen para ir a otros lados. Uno solo me segundeó y empezamos a ir a Liniers y Ramos, a Mataderos Free Style que es donde más progresé", dice.

En ese camino conoció El Quinto Escalón, la cuna de numerosos artistas. "Siempre fui no sé si inseguro es la palabra, pero algo parecido. Siempre decía ‘uh, compito con este, me va a partir’, era como que nunca entraba a una batalla con la actitud de ganador. Mi estrategia para ganar era mentalizarme que el otro me iba a romper todo a pedazos y que entonces me sacaba una mochila y al saber que perdía, rapeo mejor", expresa.

"A todas las compes que iba, iba con la mentalidad de que perdía. Cuando decía ‘ahora gano’, me ponía más nervioso, porque me sobreexigía a un nivel que no estaba acostumbrado, entonces iba lo más chill posible. Las compes que gané o tiré minutos virales, fui a todas con la mentalidad de perder. A todos les parecía raro", agrega. 

No fue un camino fácil. Antes de ser Lit Killah, recuerda que tuvo un ataque de pánico y que tuvo que ir al psicólogo: "La pasé super mal y me hizo cambiar una banda mi forma de pensar y mi vida, estuve como cuatro meses sin salir de mi casa. Cuando tenía eso, yo pensaba que era el único, como que era un fla que me pasaba a mí y que me iba a morir, que en realidad después hablando con amigos, muchos lo habían pasado y eso me dio tranquilidad. Hoy estoy super full piola desde hace años, ya me pude mentalizar y no me volvió a pasar ni cerca”, señala.

A su vez, cuando empezó a tener sus primeros ingresos con la música, su papá perdió el trabajo como carnicero en un frigorífico luego de sufrir una hernia de disco. 

"La ART no pagó, él no podía trabajar. Mie vieja trabajaba pero ganaba poco por mes, no podía mantener una familia. Todo lo que yo ganaba en el freestyle se lo dejaba a mis viejos. Si ganaba $3000, les dejaba $2500. Hasta abrimos un kiosco en mi casa, ponía para la mercadería, atendía ya siendo Lit Killah. Yo era conocido pero no era el más famoso, venían a comprar y me felicitaban. Después le fue mal al kiosco, mi viejo no llegó a recuperar lo invertido, fue una secuencia mala. Eso me potenció más, porque si antes le metía full por pasión, ahora le tengo meter más pasión porque sé que está la oportunidad de que yo le devuelve a mis viejos lo que me dieron de chico", comenta.

Luego sigue: "Lo que estaba ahorrando para comprarme un auto, toda esa plata, y cuando estaba por llegar a la cifra, quebró el kiosquito, esa plata la usé para comprar un auto para mi viejo, compramos un Peugeot 504, para que por lo menos haga remís, el chabón, mi viejo, siempre fue el mayor ejemplo de laburante. Es la persona más responsable y laburante que conozco, lo veía mal a mi viejo".

Entre sus principales batallas se destaca el duelo con Duki o Ecko en Campito Free, como también su encuentro contra figuras como Mamba, Afrito y Chiki en el Quinto Escalón.

"Todas mis batallas me las sé de memoria, hasta las que nadie conoce, porque de tanto pensar las rimas en ese momento y las respuestas, yo mismo me faneaba las rimas y entonces me decía ‘¡no! Mirá cómo junté esta palabra con esa!’. Lo que me hizo conocido es que yo quería sí o sí inventar un estilo, estoy seguro que lo logré. El estilo era combinar el rapeo rápido, con la métrica, pero no las típicas, eran métricas que había inventado yo", indica.

"De tanto practicar, me salía esa métrica y me salía en velocidad, era como que cada vez que me veían rapear les sorprendía porque era algo que no habían visto, eso es algo que me puso contento", añade. 

"Soy muy obsesivo y perfeccionista con todo lo que hago, cuando hago algo me meto full full, 24/7, craneando eso que me gusta, sea el skate, graffiti, un juego, cualquier estupidez, mientras me guste, voy a hacer todo lo posible para ser muy bueno en muy poco tiempo, dedicar mi concentración a eso. Yo escuchaba todo en inglés, no conocía nada de la nueva escuela, Ozuna, Bad Bunny. Los escuchaban mis compañeros de la escuela y yo les decía que era una mierda, que ni me interesaba, hateando sin escucharlo", confiesa.

Luego revela: "Cuando saqué 'Apagá el celular' me dije que eso es lo que estaba sonando, vamos a escucharlo y escuché Bad Bunny y literalmente me gustó una locura, quedé flasheando, más que nada por el flow y las estructuras de las canciones. Y me dije que quería hacer eso y empecé a analizar temas. A mí nadie me enseñó nada, yo no sabía cada cuántas barras iba un estribillo, qué era un precoro, un coro, un apoyo, no sabía nada. Cuando pegué ese tema cambió mi vida por completo. Lo estaba haciendo por pasión y por esto de ayudar a mi familia".

Además de ese hit, sus principales éxitos se encuentran "Flexin'" junto a Bizarrap -y sus freestyle session-, "Bufón", "Tan bien" junto a Agus Padilla, "Eclipse", "Amor ciego" y su lanzamiento más reciente: "Se terminó" feat Kodigo.

"La gente critica por usar el autotune. Si te pongo en la balanza una persona que nació sabiendo cantar, pero le escriben las letras y las melodías y esa persona solo las canta y la pega, y otra persona que no sabe cantar pero se crea melodías como si fuese Pavarotti, hace flows con musicalidad, siendo que nunca estudió música. Hay un valor ahí, quizás más. Yo lo estoy haciendo, lo estoy creando 100% yo, no hace falta haber nacido con una super voz", analiza. 

Para él, Paulo Londra es "un Daddy Yankee de nuestra cultura, el que hizo el paso más fuerte en Argentina": "Lo que le está pasando es lo peor que le podría pasar a cualquier artista, y que es un poco “normal” en la industria, porque cagan a los artistas, hablando de managers, de todo, freezan a sus artistas. En ese tema, no tengo mucho que decir, es algo más personal de él, pero obviamente no veo la hora de que salga porque yo además de ser amigo de Paulo, soy fan de Paulo, pero zarpado, me encanta la música que hace. Es algo que yo haría, los temas de él los tengo en mi playlist, la estaba rompiendo como nadie lo había hecho. Paulo estaba super despegado y hasta el día de hoy, sin haber sacado música desde hace un año, los números siguen en top 1 o 2. Si no pasaba todo esto de que lo cagaron, la hubiese roto el triple", opina.

Cuando no está frente al micrófono, Lit Killah está frente a la cámara en Twitch, donde cuenta con más de 800 mil seguidores. En sus videos suele jugar al Grand Theft Auto V, o sino simplemente charlar con sus espectadores.

¿Cómo empezó en este mundo? "Stremeo por diversión, 100%. Fue algo que siempre estuve en duda de hacer, desde que en el 2016 o 2017 me había invitado Coscu a un stream. Fui con él y con Ecko y nos re cagamos de risa. Siempre fui muy estúpido y cago de risa en cuanto al humor, siempre me gustó boludear, más que nada cuando me junto con gente, como que se potencia la estupidez. Fui a eso de Coscu, lo re disfruté, estuvo re piola, después no fui más. Pasaron tres años y pasó lo del Biza, que fuimos a lo de Coscu e hicimos lo de la manteca", dice. 

Luego relata: "Ya desde el 2016 me decían que tenía que stremear, me insistían en las redes, con lo de la manteca y se potenció mucho más. No lo hago porque nunca me sentí con tanta comodidad frente a una cámara, hasta que vi un video de un streamer jugando al GTA, cuando empezó la cuarentena, era Joaco y Pimpeano. Los vi jugando en youtube y me recontra cagué de la risa y me metí y empecé a jugar y hacer stream con eso, jugando al GTA. Pintó por ahí y ahora me metí en la comunidad, estoy conociendo la comunidad de Twitch y cada vez lo disfruto más y me re ceba. Mientras pueda aprovechar este tiempo que estamos en cuarentena y estoy super al pedo, lo voy a disfrutar hasta que pueda y se libere todo esto y tenga que estar 24/7 full como lo estaba antes".

Sea donde sea, su camino recién está cobrando fuerza. Como resume el artista:  "Plasmé un estilo que hoy en día hay raperos que salen con ese estilo y me lo recalcan y me dicen que empezaron por mí, sin que yo sea un old school. Tengo 20 años, sigo siendo un guachín".

Hacia el final de la entrevista se abre la caja. Comienza un desafío inesperado. Semana a semana una figura se someterá al living para dialogar y reflexionar. Y vos, ¿te animás a recordar qué momento hizo un click en tu vida?