La cúpula militar de Venezuela anunció hoy que continúa apoyando a Nicolás Maduro como único presidente de la nación bolivariana, lo que le otorga al dirigente chavista el apoyo necesario para continuar como máximo mandatario oficial del país. 

El mayor general Manuel Bernal Martínez aseguró hoy que Venezuela es "un país democrático donde su presidente es escogido solo por el pueblo". Algunos especialistas incluso consideran que la movida de Estados Unidos y los países aliados en Latinoamérica de reconocer a Juan Guaidó como légitimo presidente tenía la intención de quebrar la cadena de mando de las FFAA. 

Los motivos por el que los altos mandos militares todavía responden sin resquebrajarse a Nicolás Maduro son varios, pero el principal es el beneficio que obtienen en relación con el resto de la sociedad venezolana. 

"Las personas que controlan lo que pasa en Venezuela son los militares, los que controlan lo que entra y sale de un aeropuerto son los militares, antes de que la comida llegue a un supermercado, primero lo reparten los militares", indicó a Filo.News Gabriela Avendaño, politóloga venezolana. 

A su vez, los altos mandos militares tienen altísimos sueldos que les permiten vivir como reyes en medio de un país que ve cómo su tejido social se despedaza poquito a poco. "Parte de la gente que es millonario son los integrantes de la cúpula militar", comentó Avendaño.

¿De dónde sale todo el poder que tienen los militares en Venezuela? En 2002 luego de que Hugo Chavez fuera depuesto del gobierno durante unas horas a través de un golpe militar donde se autoproclamó presidente el empresario Pedro Carmona, el líder revolucionario entendió que debía tener a las FFAA de su lado. 

Así comenzó con los astronómicos aumentos de sueldo que los militares que, sumado a los argumentos mencionados en párrafos anteriores, logran que los primeros mandos castrenses apoyen a Maduro.

¿Y los levantamientos militares? Avendaño explicó que las rebeliones son encabezadas por funcionarios del ejército con rangos medianos, que además de querer impulsar un cambio de régimen, también perdieron la calidad de vida en medio de la crisis económica.