La paliza electoral que el peronismo de Juan Schiaretti brindó el domingo pasado en el marco de las elecciones de Córdoba, movió el avispero de un espacio que tiene, nada menos que en su poder de convocatoria y eventuales candidaturas, su principal desfasaje frente al nombre elegido “Alternativa Federal”.
Recordemos que este espacio se presentó inicialmente con la presencia de cuatro integrantes del llamado “peronismo dialoguista” como Sergio Massa, Miguel Pichetto, Juan Manuel Urtubey y el reelecto Schiaretti.
Con el correr de los meses y la lectura de que una tercera vía sería la mejor posibilidad de lograr ser Gobierno a partir del 10 de diciembre es que se incorporaron gobernadores del arco peronista como Luis Manzur, Domingo Peppo, Rosana Bertone, Gustavo Bordet, Sergio Casas, Hugo Passalacqua y Mariano Arcioni.
En este espacio es también donde se reconoce Roberto Lavagna, quien si bien desestima su cercanía en términos electorales con Sergio Massa, es junto al ex intendente de Tigre que transitó los últimos años de su vida política.
Decididamente la victoria de Schiaretti en Córdoba dejó al ex ministro de Economía y Producción con una sonrisa de oreja a oreja. Fue en este contexto y buscando proyectar la fórmula de Córdoba al escenario nacional que el todavía no candidato se reunió con integrantes del GEN, radicales, socialistas y la presencia de Miguel Ángel Pichetto.
“Los cordobeses valoramos y apoyamos la moderación, no queremos la grieta que tanto daño hace a la Argentina y que algunos piensan que le puede servir para ganar elecciones, pero no sirve para gobernar”, sostuvo Schiaretti en sintonía con el consenso pregonado por Lavagna y donde el peronismo republicano y de gobernabilidad es el mensaje principal.
Es por eso que en cuanto al peronismo dialoguista sobre el cual Schiaretti ahora parece ser el estratega principal con Alternativa Federal, se fortalece al menos por ahora la posibilidad de lograr consensos sobre un armado electoral alternativo a la grieta nacional.
La tercera posición planteada por el cordobés es lo que Lavagna celebra, aunque el interrogante es si el ex ministro prioriza una eventual candidatura con el radicalismo y socialismo o bien una competencia (interna o no) con el peronismo.
La posibilidad de al menos barajar ambas alternativas como posibles es la principal fortaleza y eventual talón de aquiles de Roberto Lavagna.
Es posible pensar que si Córdoba fue para Macri el primer distrito que lo acogió como figura nacional en 2015 y donde se posibilitó su victoria en segunda vuelta, tras las mencionadas elecciones representó el inicio de una prueba de fuego para el futuro de la alianza y la posibilidad de posicionar a Alternativa Federal como un espacio competitivo.
Lo que no queda claro es como se va a alcanzar esto último a nivel nacional sin una candidatura consensuada (vía P.A.S.O o no) y donde todavía la figura de Sergio Massa y su coqueteo con el kirchnerismo se profundiza día a día con hechos puntuales y palpables como la presencia de Daniel Vila (cercano a Massa) en la presentación del libro de Cristina Kirchner.
Al momento el peronismo dialoguista no logra constituirse como una fuerza de peso, al menos a nivel nacional. Entonces quedará por pensar si existe o no la voluntad del electorado de lograr una tercera vía frente al mundo Macri-Cristina y sí es Alternativa Federal el espacio que tiene las herramientas para conseguirlo.