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Actualidad #Atentado a la amia#24 años del atentado a la amia

La historia de Julio Menajovsky, uno de los primeros fotoperiodistas en llegar a la AMIA

Sacó una de las fotos más recordadas de uno de los peores días de la historia argentina. Su intuición y labor profesional lo llevó a sacar las fotografías
La historia de Julio Menajovsky, uno de los primeros fotoperiodistas en llegar a la AMIA

Todos los argentinos que tenían la edad suficiente para desarrollar memoria recuerdan qué hacían la mañana del 18 de julio de 1994, el día que un coche bomba hizo volar la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA)

Entre ellos se encuentra Julio Menajovsky, fotoperiodista que el cuarto de la década neoliberal en argentina lo encontraba haciendo trabajos institucionales para la defensoría del pueblo de la Nación.

La mañana del 18 de julio estaba en calle Corrientes, entre Ecuador y Boulogne Sur Mer, en una oficina de empleo que buscaba trabajadores cuando el desempleo empezaba a golpear fuerte al país. 

Fue allí donde escuchó un estruendo que hizo mover el piso y comenzó a romper los vidrios que la onda expansiva de la bomba encontraba a su paso. Lo primero que pensó Menajovsky fue: Es una estación de gas natural comprimido. Según él, "en ese momento proliferaban como hoy cervecerías artesanales". 

"Cuando vi que todo el mundo caminaba para la AMIA comencé a caminar pensando qué estación de servicio había. Ahí escuché que una mujer viene desencajada diciendo que había explotado la AMIA", relata en diálogo con Filo.News. 

Al ser consultado sobre si asoció en ese momento la explosión en la AMIA con un atentado terrorista sostuvo que sí: "Casi que no tuve dudas, me acordé del atentado a la Embajada de Israel dos años antes".    

Julio Menajovsky

"Fui despacito, sabía que me esperaba un espectáculo muy poco agradable. en ese momento además no trabajaba para ningún medio, pero no podía dejar de ir", dijo y explica que siempre priorizo la humanidad por sobre las fotos. 

Al llegar a Pasteur 633 detalla lo que encontró: "Las imágenes eran cada vez más cruentas, mujeres en estado de shock, vidrios rotos, chicos perdidos". Menajovsky no dimensionó el 100 % de la situación que se estaba viviendo y las consuencias en la sociedad argentina, pero cuenta que "reflexioné un poco sobre lo que podía hacer, sacarle jugo a esa situación no era lo ideal".  

El fotoperiodista no sabía que algunas horas después las fotos que había tomado aquella mañana estarían en la tapa del diario Clarín: "Cuando me iba me crucé con el jefe de fotografía de Clarín y le mostré lo que tenía", cuenta. 

"Me quemaban en las manos, sabía que era un material valioso en términos periodísticos", agrega. 

El 19 de julio su foto estuvo en la portada de uno de las tapas más tristes del diario Clarín, Menajovsky sabía que esa tapa era histórica e iba ser vista por décadas, pero el autor no podía dejar de lado que 85 personas habían muerto en la ciudad de Buenos Aires a causa de un atentado con un coche bomba. 

Por último, el fotógrafo reflexiona sobre la actualidad de la causa y asegura que le preocupa "el atentado está cerca de quedar impune" y que el juicio por encubrimiento que impulsa la asociación de familiares Memoria Activa "hubiera podido llevar como hilo conductor a los responsables al saber a quién se encubría".