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La deuda pública y la pesada herencia: ¿Qué le espera al próximo gobierno?

Durante 2016 y 2017 argentina fue el mayor tomador de deuda entre los emergentes, en 2018 firmamos el préstamo más grande otorgado en la historia del FMI. De dónde venimos y hacía dónde vamos te lo contamos en Filo.News.

La deuda pública y la pesada herencia: ¿Qué le espera al próximo gobierno?

Después de tres años de profundo endeudamiento externo tenemos una deuda bruta de 345 mil millones de dólares, el país más endeudado de la región en el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Según la Secretaría de Finanzas, casi el 90% del PBI en el último trimestre de 2018. Si comparamos con el mismo período de 2017 el incremento fue del 30%, en tan sólo un año.

Hay que decir que la deuda bruta es el monto total de deuda, sin tener en cuenta activos ni otros aspectos de la deuda financiera. Si pasamos a la deuda neta (descontando valores en oro, instrumentos de deuda, préstamos, seguros, pensiones y otros rubros de cuentas por cobrar) los números mejoran pero la situación sigue siendo problemática. 

La deuda neta, para el mismo período, es de 277 mil millones de dólares. Esto significa una suba de 18,5% comparando con el 2017 y de 66% en relación a igual periodo de 2016, cuando era de 167 mil millones de dólares. Para dimensionar, tal como remarca la Universidad Nacional de Avellaneda, con la deuda externa actual se podrían financiar 1.313 millones de salarios mínimos o 4.625 millones de Asignaciones Universales por Hijo.

Pero dado este número, lo más preocupante es que el 75% este en moneda extranjera ¿Por qué? Porque entonces la variación del tipo de cambio afecta a nuestra situación financiera muy directamente. Saltos en el dólar profundizan nuestro endeudamiento y hacen más difícil el pago de los mismos.

Si el dólar saltara al techo de la zona de referencia ($51,45) entonces el ratio de deuda externa sobre el PBI subiría 10 puntos porcentuales y el resultado sería una deuda bruta equivalente al 100% del PBI. Es decir, en 2019 podríamos empezar a decir "Nos endeudaron un PBI".

Fuente:  UNDAV

Más allá de las frases las alarmas suenan, un ratio tan alto podría acelerar la desconfianza a nuestra economía y con los niveles de riesgo país actuales (rondando los 900 puntos) conseguir financiamiento externo es casi imposible.

Esto lo tenemos que cruzar con los datos de la Fundación Germán Abdala, que muestran que para 2020 el monto a pagar, entre intereses y vencimientos, es de más de 20.000 millones de dólares. Para 2021 se deberán pagar 33.951 millones de dólares. No termina acá, la situación se vuelve más preocupante para 2022, donde el número llega a los 51.953 millones de dólares.

La reestructuración parece como condición necesaria, a pesar de los dichos del actual ministro de Hacienda que ha dicho públicamente: "Si la Argentina quiere tener un programa de desembolsos adicionales, podría tener un nuevo programa. Pero si con el sector privado alcanza para hacer frente al pago de la deuda, no va a ser necesario un nuevo programa con el Fondo, una vez que termine el que tenemos".

¿La esperanza? Algo así como el segundo semestre pero proyectado para 2020. El plan del gobierno no cambio radicalmente desde 2015, esperan que de conseguir el equilibrio fiscal (algo que esta en duda por la caída en la recaudación por la propia crisis económica) se ordenen el resto de las variables de la economía. Un mantra que repiten desde el oficialismo "lo peor ya paso" tiene esto implícito. La pregunta de cómo se mejora, cómo se crece, es más que válida pero no hay respuesta oficial al respecto.