El día de ayer la Organización Mundial de la Salud dio a conocer que la variante Ómicron de COVID-19 se propaga más rápidamente que la Delta, la cual es la responsable de la mayoría de contagios en todo el mundo.
Fue a través de una actualización técnica donde la entidad resaltó que aún son "limitadas" las pruebas que se tienen sobre esta nueva cepa de coronavirus. "Parece que la Ómicron tiene una ventaja cualitativa sobre la Delta", comenzaron.
Y añadieron: "Se propaga más rápidamente que la variante Delta en Sudáfrica, donde la circulación era baja, pero también parece propagarse más rápido que la variante Delta en otros países en los que su incidencia es alta, como en Reino Unido".
Pero por el momento, la falta de mayor información impide afirmar si la tasa de transmisión de la variante Ómicron se debe a que logra sortear la inmunidad, a que sus características la hacen más contagiosa o una combinación de ambos factores.
Y es que todavía los datos son insuficientes para establecer el nivel de gravedad del cuadro clínico que provoca esta variante, incluso si por el momento los síntomas parece ser de "leves a moderados" tanto en el sur de África como en Europa. Respecto a las vacunas, los pocos datos disponibles inducen a pensar que el perfil genético de la cepa "baja la eficacia con respecto a la protección del contagio".
Tras la preocupación que suscitó la aparición de esta nueva variante, algunos países vieron retomadas algunas restricciones para frenar su avance. El domingo, las autoridades británicas elevaron a nivel 4 (que refleja un "alto nivel de contagios") el estado de alerta debido a la propagación de la Ómicron, lo cual no sucedía desde mayo pasado.