Todos los días, desde hace meses, los alumnos del tercer grado de una escuela de Rivadavia, en la provincia de San Juan, volvían a sus casas y contaban que su maestro lloraba en clase. Y que entre lágrimas, les mostraba foto de él besándose con su novia.
La insólita situación tiene como protagonista al docente, de 37, y los chicos del 3° B de la escuela General Bartolomé Carreras, del barrio Aramburu.
"Mi hijo me contaba todos los días que su maestro lloraba porque extrañaba a su novia. Y que les mostraba fotos y videos donde aparecía con ella. A veces mi hijo llegaba triste de la escuela porque veía sufrir a su docentes. Fue entonces que los padres decidimos presentar nuestro reclamo", dijo a medios locales Ayelén Araya.
Ante la imposibilidad de una solución la mayoría de los chicos abandonó la institución, que recién ahora adoptará una medida con el aval ministerial.
De los 19 alumnos que conformaban el tercer grado en el inicio del año solo quedaron ocho, ya que los restantes fueron llevados por sus padres a otros colegios de la zona para seguir sus estudios, según la directora del establecimiento, Alejandra Peralta.
El ministro de Educación de San Juan, Felipe De Los Ríos, dijo esta mañana a la agencia Télam que "es mentira que los alumnos andan deambulando por los otros cursos como dicen en la escuela" y aseguró que desde "el primer momento enviamos a los docentes del equipo móvil del Ministerio para hacerse cargo de la situación”.
"Los chicos estuvieron dos o tres días sin docente y recibieron clases en otros cursos, pero desde hace un tiempo están contenidos y con docentes al frente del aula”, agregó el ministro.
En cuanto a la situación del docente, De Los Ríos estimó que "seguramente le sobrevino algún tipo de enfermedad profesional, porque tiene bastante antigüedad y esto le ocurrió de repente".
"Internamente se labró un sumario para hacer una investigación y esta semana va a tener una resolución, que muy probablemente sea suspender al docente en forma preventiva por cuestiones de salud", agregó.
La supervisora escolar del la zona 22 de Rivadavia, Antonia Guzmán, explicó a medios locales que "vamos a enfocar en que los alumnos recuperen el tiempo perdido, apegándonos al proyecto institucional, dándoles clases de apoyo para nivelarlos".
Los ocho alumnos que aun permanecen en la escuela se encuentran desde esta semana en la sala de Computación con una docente auxiliar, debido a que el maestro concurre diariamente pero se encierra en su aula a llorar.
Si bien se intentó persuadir al docente para que modifique su actitud, las autoridades aseguraron que "amenazó con denunciarlos por discriminación si lo sacan del aula".
Por su parte, la directora de la escuela señaló que comunicó la situación al Ministerio de Educación y que cuando fue a explicarle al docente que no podía continuar con este comportamiento, "se tiró al suelo llorando y preguntándole a los niños si lo querían o si también lo iban a abandonar".
En ese momento, los chicos se pusieron a llorar alrededor del docente, por lo que Peralta decidió apartar a los alumnos para protegerlos.
María Rojas, mamá de otro de los alumnos de 3 grado B, contó: "Ahora el docente sigue yendo todos los días a la escuela, llega a horario y se encierra en el aula hasta que suena el timbre de salida. No molesta a nadie".