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Inflación: ¿Por qué la medición puede diferir de lo que vemos en las góndolas?

Salió publicado el dato de inflación mensual de agosto y evidencia lo que vivimos en nuestro día a día, la aceleración de los precios. 

Inflación: ¿Por qué la medición puede diferir de lo que vemos en las góndolas?

El INDEC dio a conocer el relevamiento nacional del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y se corrobora un nuevo incremento en la inflación minorista, acorde al salto en el tipo de cambio experimentado post PASO. 

En los primeros ocho meses del año los precios acumulan una suba del 30%, mientras que la comparación interanual trepa al 54,4%. Las estimaciones para septiembre no son mejores y de hecho se espera un número mayor, que podría superar el pico de marzo (cuando los precios subieron 4,7% en un mes). 

Ahora bien, aunque debemos tener en cuenta que la eliminación temporaria del IVA en alimentos básicos funcionó como contenedora del indice, el 4% de agosto parece poco en un mes donde locales permanecieron cerrados por unos días cuando el precio del dólar se disparó y no había precios de referencia.  

En este sentido, Eva Sacco y Juan Aiello, ambos economistas del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) hacen "una distinción fundamental: el bolsillo versus la metodología de cálculo del IPC".

"El bolsillo siente directamente la remarcación de los precios en góndola, el cambio es automático. Por ejemplo, en la zona de Mataderos, el precio del kg de asado pasó de $200 a $235, un aumento de 18% entre la semana post-primarias y la segunda semana de septiembre" dicen los economistas del CEPA. 

Por otro lado, la medición del Indec "mide una canasta representativa que no necesariamente coincide con la estructura de consumo de cada persona". En este sentido, el aumento específico de alimentos en agosto fue de 4,5% (incluso teniendo en cuenta la exención del IVA de ciertos alimentos). 

Sobre este punto los especialistas remarcan "los alimentos son imprescindibles (lo que en economía se conoce como productos inelásticos), y son lo que primero aumenta post devaluación". Ante esta situación, "el porcentaje del gasto destinado a los mismos aumenta y el impacto sobre nuestro poder adquisitivo es mayor que el que muestran los números oficiales".

A su vez, la propia metodología del indice hace que el efecto de la devaluación no haya impactado de lleno en el número (aunque sí en los bolsollos). "La metodología implica el relevamiento de los precios de esa canasta representativa durante la 1º, 2º, 3º y 4º semana del mes. Los precios se promedian y luego se los compara con lo relevado el mes anterior" explican desde el CEPA. 

En este sentido, "Los precios de la 1º y 2º semana de agosto venían con una inercia de aumento del 2% aproximadamente (similar al mes anterior, Julio 2,2%). La devaluación se produce en la segunda quincena, afectando los precios relevados en la 3º y 4º semana, por lo tanto hay una 'amortiguación' del efecto de la devaluación como consecuencia de la metodología".

Por lo tanto, los economistas concluyen "cuanto más a fin de mes se produzca la devaluación, menor será su incidencia en el IPC del correspondiente período".