La escuela, el lugar donde nenes y nenas aprenden, se divierten. Es uno de los primeros espacios que permite que se conecten con diferentes realidades, historias. A través del compartir con sus compañeros, compañeras y sus maestras comienzan a cuestionar lo que los rodea.

Hace unos días se compartió en las redes sociales un video que fue replicado por decenas de personas. Lo que maravilló a los usuarios fue la canción de una docente que incluía a diferentes modelos familiares, sin caer en el tradicionalismo "papá, mamá y hermanitos".

"Porque son todas distintas, siempre la voy a querer. Familia es mamá y papá, o dos mamás o dos papás, abuelos, tíos, primos y amigos. Es el amor lo que importa acá", canta la maestra junto a sus pequeños alumnos.

Ante la repercusión del clip, Filo.News dialogó con la docente en nivel inicial y en el área de educación especial, y psicóloga, María Laura Pécora, sobre el impacto del video, los recursos disponibles en las instituciones y las reticencias presentes en el sistema educativo.

"Vi el video y me encantó. La música es un recurso pero particularmente no es la idea machacar conceptos y convicciones a partir de ahí sino trabajarlos ya que, de lo contrario, el chico se convierte en un loro que repite sin sentido", advierte Pécora.

¿Se habla de los esquemas de familia en las escuelas?

¿Canción sí o no? ¿Con qué recursos se trabaja en las escuelas, y en los jardines de infantes? Al conversar sobre el video, la docente fue enumerando una serie de técnicas y metodologías de trabajo, además de la música. 

Se trabaja a través del juego (con toda clase de juguetes, el juguete no tiene género: no es 'de nena o nene'), del dibujo, de actos escolares, proyectos que atraviesan las unidades temáticas, de preguntas que vayan surgiendo, desde el arte (no sólo con el dibujo, sino también con proyectos como 'Pintamos la escuela'), la lectura, los juegos integrales con talleres en los que se convocan a las familias (dinámicas que apuntan a que se conozcan entre sí y al trabajo en conjunto con los chicos), y desde muchísimos otros lados.

"Sí, por supuesto que se habla y en las distintas áreas y niveles. Primaria, área de educación especial, etc. No sé si en todas las escuelas. Lamentablemente, aún para algunas escuelas -y hasta profesionales- sigue siendo un tema tabú. En las públicas se trata el tema con mayor frecuencia. En algunos privados también. Son temas parte de la ESI", menciona.

María Laura Pécora asegura que en las escuelas públicas hay menos resistencia, que la "cabeza es otra". "En los colegios privados hay de todo, gente más piola y aquellos que mantienen cierto pacatismo, que están apegados a la religión que nos ordena -implícitamente o no- qué es parte de la naturaleza: un hombre y una mujer, el esquema de familia y la función de la reproducción. Ya quedó en la historia todo eso. ¿Y la función de gozar? ¿las relaciones tienen que estar conformadas por un hombre y una mujer? ¿quién lo dice?", cuestiona.

"La sexualidad es y fue un tema tabú para mucha gente. Hay un paradigma muy instaurado de lo que 'debería ser'. Cuesta la aceptación", agrega.

En este contexto, la docente y Licenciada en psicología reconoce que en las escuelas "faltan tratar muchos temas", y añade: "Uno como profesional tiene que adaptarse a los tiempos que corren, abrir su mente. Todavía se ve a profesionales más pacatos, o con temas tabúes o con la mente cerrada, que les cuesta, miran de una manera extraña a un nene con dos mamás. Hacen alguna humorada con doble sentido. Me provoca rechazo porque detrás del chiste, hay una no aceptación a la diferencia".

Construir y deconstruir

Animarse a relativizar el mundo, a preguntar, a no dar por dadas los fenómenos y circunstancias parece ser una actitud de niños. Los chicos interrogan y ahí, en la duda, es donde los docentes despliegan creatividad, enseñan.

"La inclusión nos atraviesa. Entonces, cómo se trabaja: desde distintos lugares, todo el año, todo el tiempo. Desde una burla, por la que un chico se sintió ofendido. Uno como profesional la puede traer como tema de reflexión. La inclusión en todo, no sólo desde lo sexual... ¿es gordito, por qué? Todo lo que provoque rechazo, marginalidad. Lo que se mira con extrañeza, naturalizarlo", comenta la docente. 

"Como en su momento habrá sido un cambio de paradigma ver familias ensambladas, hoy lo son familias distintas: familias con dos mamás o dos papás, con mamás solteras, chicos a cargo de una abuela sola, nenes adoptados, otros cuyos padres se encuentran en una clínica por adicciones. Las familias han cambiado. Lo que antes era 'natural' -tener un papá y una mamá- es lo más extraño de ver", comenta Pécora.

La docente y psicóloga recuerda que durante uno de sus años en nivel inicial hubo una mamá en particular, Rudi, que colaboró más que todos los padres en el taller de carpintería -una jornada para familias y chicas/os-, de Pinocho, una iniciativa sobre cuentos populares.

La orientación sexual no fue una condición y pese a los comentarios por lo bajo de otros adultos presentes, Pécora reconoció la tarea de Rudi y pidió un aplauso por parte de los presentes. "El tema y el video impactan en familias un poco más cerradas. Impacta ver a dos mamás o papás presentes en una reunión de padres. Lamentablemente surgen comentarios por lo bajo", lamenta.

"Se dice que los niños cuestionan todo cuando en realidad el que mira peyorativamente es el adulto. Si un nene mira a dos mamás de la mano y dice: '¡son dos nenas!', uno como adulto responde: 'sí, son dos nenas y se quieren'. El niño aprende de esa manera", asegura la especialista.

Esa no fue la única experiencia de la docente. Desde el psicoanálisis también se topó de cerca con otra situación. 

La madre de un alumno que tuvo en el jardín la contactó años después, sabía que es psicóloga. De modo que cuando el nene estaba en quinto grado, lo tuvo como paciente. Ella no le  termina de explicar cuál era el motivo de la consulta, lo que uno pregunta en la entrevista de admisión.

"Mirá, quiero que lo veas, no tiene muchos amigos. No se sabe bien qué le pasa. Es muy bueno pero no juega mucho con los chicos. Sólo con una nena que es una amiguita suya desde el jardín y nada más. Fijate algo le pasa", le comenta.

María Laura Pécora inicia las sesiones. Juegan. Al ser docente jardinera cuenta con una caja con muchos materiales: masa, soldaditos, bloques, y más. El nene eligió una muñeca y a un Ken.

Más adelante comenzaron a dibujar -llenó la hoja de flores, pájaros y mariposas- y a realizar formas con masa. "A mí me gustan las mariquitas porque cumplen deseos", le decía. 

"Me di cuenta que la madre estaba queriendo mandar al nene a sesión para reeducarlo en algo que ella también veía. Era muy clara la elección sexual", recuerda la psicóloga y docente.

"Le pregunté realmente a qué venía. Ella con mucha vergüenza me dijo 'yo lo veo muy afeminado, él es un varón ¿viste?'. La miré y muy decidida le dije que no iba a hacer una reeducación", añade. 

"La terapia es para que pueda liberar todo aquello que tiene reprimido", menciona Pécora quien se acuerda del niño con cariño. El padre del pequeño no estuvo presente en ninguna de las sesiones. No estaba de acuerdo con la decisión de la madre de su hijo.

A modo de cierre, Pécora asegura que el amor no se discute, no debería haber tanta disparidad de opiniones, que tiene distintas formas y uno elige, lo siente y lo expresa.

Propone y lo lleva a la práctica. Cuando diga: "¡Organicemos un coro con las familias!", y le respondan: "Pero vinieron las dos mamás de Juani", pensar y transmitir: "¡Buenísimo! Vino la familia de Juani".

"Está buenísimo que haya diversidad y multiplicidad de esquemas familiares. Cada uno elige cómo ser y eso es lo que nos hace únicos", finaliza.