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Guerra comercial entre Estados Unidos y China: ¿Qué esperar y cómo nos afecta?

Al aumento de los aranceles de parte del gigante norteamericano se suma la respuesta del gigante asiático. Después de casi un año de arancel por arancel el precio de la soja preocupa al gobierno.

Guerra comercial entre Estados Unidos y China: ¿Qué esperar y cómo nos afecta?
Aumentan las tensiones y se complejiza el panorama

El "Make America Great Again" de Trump se choca con el "Sueño Chino" de Xi Jinping. Desde hace casi un año se concretan en aranceles a las importaciones mutuas, que tras 90 días de tregua, marcan un panorama que está lejos de enfriarse. 

La semana pasada las reuniones trascurrieron en Washington en un gesto de acercamiento de parte de China, que envió a Liu He, principal negociador comercial de la República Popular, para poner lo que se suponía un párate en las tensiones que afectan a sus propias economías pero también al crecimiento mundial. No hubo tal freno sino, por el contrario, una escalada en las tensiones. 

La respuesta de Trump fue volver a aumentar los aranceles y las acusaciones salieron desde su tuiter: "Estamos justo donde queremos estar con China. Recuerden, rompieron el trato con nosotros y trataron de renegociar. Vamos a tomar decenas de miles de millones de dólares en aranceles de China". 

Estados Unidos vs. China

Las guerras comerciales existen desde que existe el comercio internacional y las ofensivas se dan en forma de aranceles y/o cuotas de importación. Es básico: limito o encarezco tus productos así desaliento tus ventas. Pero no es menor que esta disputa se da entre quienes concentran el 40% de la producción global, por lo que las consecuencias se sienten más allá de sus fronteras

De todas formas, el impacto en las economías implicadas pesa por si mismo: tan sólo en el 2018, entre Estados Unidos y China, se intercambiaron cerca de 660 mil millones de dólares. Aunque las idas y venidas de productos y servicios no son simétricas.

China compra menos de un cuarto de lo que le vende a los estadounidenses y he aquí el enojo norteamericano, con su consecuente déficit de cuenta. A su vez, al gigante asiático se le acusa de robar la propiedad intelectual de productos estadounidenses y de favorecer a sus empresas estatales a través de subsidios. No termina acá. Se le recrimina que su economía, si bien se dice abierta, se concentra en fondos chinos lo que no sería acorde al mundo globalizado, y menos a las demandas de los inversores norteamericanos y europeos que quieren su parte en el negocio. 

Por su parte, el gigante asiático acusa a Estados Unidos de haber comenzado la mayor guerra comercial de la historia. En julio del año pasado, Trump impuso aranceles a productos por valor de un total de 250.000 millones de dólares. China respondió con aranceles a productos estadounidenses por un valor de 110.000 millones de dólares.

A principios de este año debían haberse elevado del 10 al 25% los aranceles en productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares según los esquemas norteamericanos, pero finalmente ese alza se retrasó tras la tregua que supo durar más de 90 días, aunque llego a su fin. Casi todo lo made in china será un cuarto más caro, flojo desaliento.

" No quedará nadie en China para hacer negocios. Muy malo para China, muy bueno para EE.UU.! Pero China ha tomado tan ventaja de los Estados Unidos durante tantos años, que están muy por delante (nuestros Presidentes no hicieron el trabajo). Por lo tanto, China no debería tomar represalias-¡ sólo empeorará! "

Aunque Trump se quejé y amenace con que será peor, China responde y anunció nuevos aranceles, valorados en 60.000 millones de dólares, a partir del próximo 1 de junio a los productos estadounidenses.

¿Qué esperar?

Todos los especialistas y organismos internacionales (incluido el FMI) coinciden en que estas medidas golpearan negativamente a ambos países y al mundo. Sin embargo, según el Global Times de China, las conversaciones comerciales siguen en pie y ambas delegaciones acordaron una nueva ronda de reuniones, ahora en Beijing. No todo esta perdido aunque las consecuencias ya están a la vista.

En especial interés para la Argentina, se profundiza la caída en el precio de la soja, que se mantiene en los mínimos de los últimos 10 años luego de los anuncios de aumentos de aranceles. De esperar dado que China es el mayor importador mundial de soja y Estados Unidos su principal vendedor. Si bien esto podría traer alguna oportunidad de negocios para los sojeros argentinos, desde el gobierno miran de cerca que pasa con el precio de la soja ya que constituyen la entrada de dólares principales para mayo y junio.

En cuanto a la resolución del conflicto, esta claro que la pelea no es simplemente comercial. Es una pelea entre gigantes, donde Estados Unidos parece terco en demostrar que es el más grande mientras que China mantiene su crecimiento de forma sostenida, fortaleciendo sus ilusiones de volver a ser el gran imperio.