A comienzos de 2017, la tecnología Blockchain, con Bitcoin como su principal exponente, irrumpieron en el mainstream gracias a su estratosférica volatilidad.
El Bitcoin pasó de valer U$D 1.000 a U$D 20.000 en tan solo un año. En Enero de 2018 la tendencia alcista concluyó con una estrepitosa caída que dejó al Bitcoin en un valor de $3.500 a comienzos de 2019. Al día de hoy, el Bitcoin cotiza a $10.400, habiendo llegado a los $14.000 a principios de año.
Las tecnologías Blockchain proponen un sistema financiero paralelo, sin la censura impuesta por gobiernos y circunvalando las instituciones financieras tradicionales, las que están al servicio del status quo y generan divisas para sí mismas a expensas del inversor.
Qué cambió de 2017 a hoy
Con el boom de las criptomonedas, surgieron miles de startups y proyectos blockchain que emitieron sus propias criptomonedas a través de ICOs (Initial Coin Offerings), un análogo al proceso tradicional de IPO (Initial Public Offerings) mediante el cual las empresas emiten acciones para ser operadas en las bolsas del mundo.
Muchos de estos proyectos vieron rendimientos positivos de miles de puntos porcentuales en un período muy corto. Y así de repentina fue su caída durante el mercado bajista que duró hasta 2019.
Cada una de estas startups ingresaron en el mundo cripto como esfuerzos individuales para aprovechar el exponencial ingreso de divisas al ecosistema.
Este esfuerzo desarticulado fracasó al no lograr imponerse como alternativa a los mercados tradicionales mayoritariamente por dos razones.
La primera, debida a la inmadurez de las soluciones, que resultaban difíciles de comprender y acceder para el inversor promedio, acostumbrado a hacer inversiones con unos pocos clicks y requerían un cierto entendimiento de tecnologías que habitualmente no se encuentran a mano del ciudadano promedio.
La segunda, debida a la volatilidad de los activos que desalentaron el ingreso de nuevos inversores.
DeFi (Descentralized Finance) propone una reorganización de los elementos del ecosistema cripto y se apoya en 3 conceptos fundamentales:
- Descentralización: prescindir de intermediarios como bancos o gobiernos. Los fondos los custodia el propio inversor, que opera a través de plataformas DeFi donde no intervienen humanos, donde las tasas de interés son sustancialmente mayores a las que puede ofrecer el sistema financiero tradicional debido a que las ganancias se transfieren mayoritariamente a los inversores y no quedan en los grupos de poder financieros o gobiernos.
- Interoperabilidad: si en 2017 el concepto era cada quien por su lado, la reorganización dentro de un ecosistema descentralizado permite que las diferentes criptomonedas puedan articularse en diferentes instrumentos financieros para generar, por ejemplo, ingresos pasivos
- Transparencia: dado que todas las operaciones que se realizan son sobre blockchains, la información sobre estas es de acceso público e inmune a manipulaciones
Y tiene 3 objetivos principales:
- Replicar servicios que se reciben normalmente a través de bancos tradicionales: como préstamos, fondos de liquidez o inversión mixtos, cuentas de ahorro y/o atesoramiento
- Eliminar la dependencia del sistema bancario: mediante el uso de contratos inteligentes apoyados en la red Ethereum, todas las transacciones son automáticas y reguladas por algoritmos, sin intervención de humanos (con todos los intereses políticos y financieros que ello conlleva)
- Generar un ecosistema económico-financiero paralelo e inclusivo: independiente de las restricciones y abusos a los que están sometidos los pequeños (y grandes) inversores, permitiendo a cualquier persona acceder a mercados globales independientemente de su geografía, condición social o financiera
Diferencias entre el sistema centralizado (CeFi) y descentralizado (DeFi)
CeFi: una entidad (banco, grupo financiero) toma el dinero del inversor, "juega con el" y cobra por el privilegio de darles el dinero para que sea gestionado. Los grupos financieros establecen una relación parasítica con los gobiernos que terminan siempre a favor de ellos y nunca a favor del inversor particular.
DeFi: se enfoca en descentralizar las dinámicas de poder (quién tiene poder sobre el dinero) y propone una nueva relación entre una persona con su dinero al des-intermediar la relación. En lugar de que la relación sea Inversor-Institución-Gobierno-Inversor, se plantea una relación Inversor-plataforma DeFi-Inversor.
CeFi: tradicionalmente, el vender un activo genera un evento imponible (genera impuestos para el inversor, lo que equivale a una reducción en las ganancias) en la mayor parte de las jurisdicciones del mundo.
DeFi: la venta del activo, al no pasar por estas instancias intermedias, no genera un costo para el inversor en la forma de impuestos, retenciones o deducciones.
DeFi se constituye como un set de productos y servicios que juntos actúan como un reemplazo de instituciones como bancos, compañías de seguros, bonos, fondos de inversión y money markets.
Ventajas sobre equivalentes financieros tradicionales
- Custodia total: los criptoactivos están siempre en poder del inversor, en lugar de bancos, instituciones o gobiernos. Esto reduce considerablemente el riesgo frente a potenciales corralitos, bancarrotas y defaults.
- Seguridad y transparencia: todas las transacciones son guardadas públicamente, en contraste con el sistema de caja negra con el que funcionan las instituciones financieras
- Incremento del acceso al capital: restricciones en países en vías de desarrollo limitan el acceso a liquidez o capital en USD para las masas. Servicios DeFi brindan acceso sin censura ni limitaciones geográficas
- Tasas de retorno anual más altas comparadas con los esquemas FIAT tradicionales: las tasas de interés del FED oscilan entre el 1 y el 2% anual. La Stablecoins (criptomonedas apareadas 1:1 con el Dólar) colateralizadas ofrecen rendimientos de entre el 4 y el 10%
Sin lugar a dudas, durante los próximos meses comencemos a escuchar cada vez más frecuentemente el término DeFi y si bien es aún muy temprano, es dable pensar que eventualmente, muchos gobiernos (especialmente el argentino) comiencen a diseñar trabas para limitar o prohibir el acceso a esta economía que de acuerdo a su percepción no le es funcional a sus intereses.