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El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti (68), sufrió hoy una lipotimia que casi le provoca un desmayo en pleno discurso de la apertura de sesiones ordinarias de la Legislatura provincial. 

La lipotimia es la pérdida repentina y pasajera del conocimiento que se produce por falta de riego sanguíneo en el cerebro, aunque una vez repuesto aclaró que ese inconveniente no evitaría que cumpla con su "deber constitucional".

Ante el pleno de los legisladores cordobeses, el dirigente peronista brindaba su discurso para poner en funciones el año legislativo, pero en un momento de sus palabras se quedó inmóvil y tras unos segundos de silencio su cuerpo se inclinó hacia el estrado.

Al ver esa imagen, sus colaboradores se acercaron rápidamente y lo sostuvieron para evitar que se cayera.

Tras tomar agua, Schiaretti retomó su discurso: "Pido disculpas. No va a ser una simple lipotimia la que haga que no cumpla con mi deber constitucional".

El gobernador recordó que sufrió un episodio similar "una vez en Morteros" pero que en esa ocasión el ministro de Educación provincial, Walter Grahovac, había pedido que le "dieran un vaso de gaseosa y listo".