Dujovne trajo un respiro para el gobierno después de su reunión con Lagarde en Washington. Si bien desde Hacienda dijeron que la volatilidad del dólar no había sido tema de conversación, esa misma tarde se anunció un cambio en la política económica: 

• Desde abril el Tesoro podrá licitar 60 millones de dólares por día hasta fin de año. Serán 9.600 millones de dólares destinados a financiar gastos corrientes del gobierno. 

Sin embargo, desde Hacienda aseguran que estos dólares no son para intervenir en el mercado cambiario sino para que use el gobierno, teniendo como correlato el aumento en la oferta de divisas que (sorpresa) estabiliza el precio del dólar. Un efecto secundario más perseguido que el primario.

Lo que no es menor tiene que ver con las trabas que impuso el FMI para el uso de ese dinero, que deberá venderse con licitaciones con previo aviso y con un límite diario. Estas caracteristicas hacen muy dificil usar estos dólares para intervenir en un corrida cambiaria, cuando todo sucede en la misma jornada y cada segundo cuenta. Lo negociado con el Fondo muestra un apoyo al clima electoral pero mantiene su aversión a que el gobierno entre directamente en el control del precio del dólar. 

Efectos en el dólar

Los anuncios trajeron calma a la divisa norteamericana que acumulaba varias jornadas al alza y llegó a superar los $42. Por un lado, la confianza de saber que el gobierno contara con más de 9 mil millones de dólares para ofertar a una demanda que pareciera insaciable.

En paralelo, la tasa de interés subió y volvió a sus valores de noviembre del año pasado. Ya estamos rozando el 64%, haciendo de una política que iba a durar poco una costumbre en una economía que funciona sin crédito o, mejor dicho, con un crédito cuyo interés es prohibitivo. 

64% de interés anual es el rendimiento que piden los bancos para dejar sus fondos en pesos y de esta manera crece día a día lo que se paga en intereses a los bancos mientras aumenta el stock de Letras de Liquidez (Leliq). En el discurso de Sandleris quedo claro que están dispuestos a subir la tasa todo lo que sea necesario, siendo una parte clave de su esquema monetario. 

Pero el gobierno logró lo que necesitaba y el dólar se calmo. Desde el miércoles mantiene la tendencia a la baja y hoy cerró sin cambios en el banco Nación, a $41.

¿Qué cambió en el esquema?

Empezó la campaña y las variables económicas no acompañan. Ante mantener la tendencia a la baja de la tasa de interés o mantener el precio del dólar ganó sin dudas la estabilidad cambiaria. La economía real debe ajustarse a lo que el mercado imponga, pero la libertad debe regularse en las elecciones y ahora el gobierno contará con fondos para hacerlo. 

Recordemos que desde la segunda firma con el FMI y con Sandleris a la cabeza del Banco Central se profundizó la política monetaria contractiva. La idea detrás es simple: si saco pesos de la economía entonces cae el consumo, se enfría la actividad y con ello los precios frenan. La recesión es la que vivimos hace largos meses, pero la inflación se mantuvo e incluso volvió a acelerarse en enero y se profundizó en ferbero. Los dos primeros meses del año acumulan casi un 7% de aumento de precios. 

Si hay inflación entonces los pesos sirven para cada vez menos, algo que vivimos en nuestro día a día y que tiene el correlato de un peso que vale cada vez menos. Devaluación en puerta. También podemos decir que las devaluaciones progresivas y las presiones sobre el dólar traen procesos inflacionarios. Qué pasa primero no es lo relevante sino enetender que el aumento sostenido de precios es muestra de otros problemas de la economía. 

No se soluciona la inflación sin un desarrollo sustentable económico, donde el orden en las cuentas públicas es necesario pero el crecimiento económico también.