La Cámara baja comenzó pasadas las 11 la histórica sesión para tratar el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
El escenario parece favorecer la posibilidad de que la iniciativa se aprobada y fuera del Congreso una multitud que respalda la legalización del aborto se mantiene en vigilia a la espera de la definición.
El tema divide a todos los bloques y todavía hay legisladores indecisos, que tendrán un rol clave al definir si la iniciativa pasa al Senado o fracasa.
En caso que se genere un empate técnico en la votación por la legalización del aborto, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, tendrá el poder de definir la media sanción o no de la iniciativa.
La posibilidad de empate en la votación abrió paso a los aspectos reglamentarios para dirimir la disputa. Si eso pasa, habrá una segunda votación. Si se mantiene la paridad, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, será el encargado de definir.
El diputado del PRO evitó a lo largo de todo el debate pronunciar su postura. Sin embargo, puso sobre en su escritorio un pequeño crucifijo y una medallita (que no lo acompañaron en otras sesiones), y que no parece casual en una jornada cruzada por las presiones de la Iglesia.
“Vamos a intentar que el proyecto salga positivo sin la intervención de nuestro presidente de Cámara”, dijo su compañero de bloque Sergio Wisky, que votará a favor.
Saber cuál es su posición no es un dato menor porque durante buena parte de la noche algunos cómputos mostraban una tendencia hacia el empate y, por lo tanto, debería emitir su voto de desempate.