El Papa Francisco pronunció su tradicional mensaje navideño desde el Balcón central de la Basílica Vaticana e impartió la Bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad y al mundo).
Entre los deseos del Papa, sobresalió lo que dijo sobre el continente americano. "Que el pequeño Niño de Belén sea esperanza para todo el continente americano, donde diversas naciones están pasando un período de agitaciones sociales y políticas”, dijo. En particular, pidió que el Niño Jesús "reanime al querido pueblo venezolano, afectado largamente por tensiones políticas y sociales".
Además, deseó la paz para los niños de Oriente Medio: “Que Cristo sea luz para tantos niños que sufren la guerra y los conflictos en Oriente Medio y en diversos países del mundo”, dijo. Más concretamente, deseó que “sea consuelo para el amado pueblo sirio, que todavía no ve el final de las hostilidades que han desgarrado el país en este decenio” , que “remueva las conciencias de los hombres de buena voluntad” y que “inspire a los gobernantes y a la comunidad internacional para encontrar soluciones que garanticen la seguridad y la convivencia pacífica de los pueblos de la región”.
Por último, manifestó su preocupación por las diversas crisis que atraviesa el continente africano. “Que haya paz para la población que vive en las regiones orientales de la República Democrática del Congo, martirizada por conflictos persistentes”, dijo, al tiempo que pidió consuelo “para cuantos son perseguidos a causa de su fe, especialmente los misioneros y los fieles secuestrados, y para cuantos caen víctimas de ataques por parte de grupos extremistas, sobre todo en Burkina Faso, Malí, Níger y Nigeria”.