El 15 de octubre se conmemora el Día de la Acción Global sobre la Educación para el Consumo Sustentable y como probablemente no hayas recibido ese tipo de educación, en esta nota vamos a contarte cómo hacer que tu rutina sea más amigable con el medio ambiente. No vamos a decirte que te hagas vegano ni que instales un panel de energía solar. Te recomendaremos algunos hábitos eco friendly para que los adoptes y formen parte de tu día a día.
La educación es clave para un futuro mejor. Y si hablamos de un futuro, tiene que ser sustentable. La conmemoración de esta fecha fue impulsada por Consumers International, una organización que impulsa el cambio en el mercado global. El objetivo es “promover la integración de la enseñanza de consumo sustentable en los planes curriculares formales de las escuelas de cada país y con eso fomentar las decisiones responsables de compra desde una edad temprana”.
Pero vamos a lo primero, ¿qué es el consumo sustentable? "Se trata de hacer más y mejor con menos", explican desde Consumers International y aclaran que no hay una única forma de hacerlo: "Puede ser la reconsideración de una compra y en su lugar reutilizar algo ya existente o elegir un producto con impacto beneficioso en el medio ambiente o a nivel social".
Desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible lo definen como los "productos y servicios que minimizan el uso de los recursos naturales, la generación de materiales tóxicos y residuos" sumando la "adopción de tendencias y estilos de vida con menor impacto ambiental".
Alternativas para productos contaminantes
Afortunadamente, la bolsa de tela es algo indispensable en cada hogar de nuestro país y así evitamos el exceso de bolsas de nylon de los supermercados. Pero podemos ir más allá. Si vas a la verdulería o a cualquier otro comercio que suela darte los productos en bolsa, llevá la tuya y pedile al vendedor que después de pesar los productos los ponga en la que llevaste. Hay de distintos tamaños y se adaptan a cada necesidad. ¿Sabías que una bolsa de nylon puede tardar unos 400 años en degradarse?
Si menstruas seguro escuchaste hablar de la copita menstrual. Es un producto que llegó para eliminar del planeta las toallitas femeninas, que además de ser muy incómodas, tardan unos 500 años en degradarse. Este producto hecho de materiales quirúrgicos hace que te olvides de tu menstruación durante horas: no lo ves, no lo sentís y podés cambiarlo cada 8 horas aproximadamente. Si todavía no te animás a la copita (intentalo, es más fácil de lo que parece), existen toallitas de tela.
Una industria que está cada vez más presente es la cosmética natural: shampoo y acondicionador sólido, pads reutilizables, cremas y desodorantes naturales en frascos de vidrio, hisopos y cepillo de dientes de bambú. Usando estos productos evitamos los envases plásticos que tardan entre 100 y 1000 años dependiendo del material. ¿Se te ocurre algún otro producto? Si a esto le sumamos el cuidado del agua cuando estamos en el baño, estamos ayudando bastante y no nos cuesta nada.
El bambú es una de las plantas terrestres de crecimiento más rápido del mundo. Por eso se utiliza como materia prima para crear productos “descartables” como platos, cubiertos y sorbetes. En lugar de usar la típica vajilla de plástico de los cumpleaños (que siempre se quiebran y terminas masticando un diente del tenedor), la alternativa hecha de bambú es clave para colaborar con el medio ambiente tanto a la hora de producirlo como cuando lo desechamos. Un plato de bambú tarda de 1 a 3 años en degradarse, mientras que el mismo elemento hecho de plástico demora unos 500 años.
Este año, por la pandemia de coronavirus, aumentó a niveles inimaginados la cantidad de desechos como barbijos descartables, guantes, envases de productos de limpieza y químicos en los desagües. Si no sos personal de salud ni grupo de riesgo, intentá usar barbijos reutilizables de tela (desinfectándolos como corresponde).
Cuidar el agua, separar los residuos, reutilizar, comprar envases reciclables, evitar la compra de productos de un solo uso, consumir menos carne, comprar verdura orgánica, caminar o ir en bicicleta y cientos de cosas más. Todo suma. Seguro hay muchas cosas que podés incorporar y no te va a costar más plata ni le vas a dedicar más tiempo.
Si hacés todas estas cosas (o algunas), difundilas. Es importante que la gente conozca alternativas sustentables porque no se aprende en todos los colegios, los adultos mayores no se mueven en lugares donde esto se muestre y, además, cuidar nuestro planeta es motivo para estar orgullosos. Si bien tenemos un Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, no se ve que se lo estén tomando muy en serio. Es por eso que en el Día de la Acción Global sobre Educación para el Consumo Sustentable podemos ayudar a educar a los que podamos hasta que el Estado ponga en agenda la importancia del cuidado del medio ambiente.